
20 Oct
El resurgir de la minería andaluza: la demanda mundial de cobre (1)
En el panorama minero español, Andalucía es un absoluto referente. Ya analizamos en nuestro blog algunos datos concretos sobre este sector en la comunidad andaluza. Queremos dar un paso más y verter nuestro análisis en el resurgir de la minería andaluza basándonos en un reportaje de Manuel María Becerro publicado por la Junta de Andalucía.
No hay dudas de que la minería en Andalucía es una industria fuerte y sólida, que ha resistido bastante bien la crisis sanitaria causada por la Covid-19. Basándonos en datos, ha sido una tabla de salvación para muchos con los tres mil doscientos millones de euros de facturación media anual y los cuarenta mil empleos –directos e indirectos– que garantiza el sector en unas zonas normalmente castigadas por el desempleo.
Venimos de un periodo bastante oscuro en el que sobresalieron los cierres de explotaciones milenarias. Ahora vemos bastante luz, ya que al referimos a la minería metálica en España básicamente lo hacemos pensando en los yacimientos andaluces. De forma más concreta fijamos nuestra mirada en la Faja Pirítica que une las provincias de Huelva y Sevilla.
«Venimos de un periodo bastante oscuro en el que sobresalieron los cierres de explotaciones milenarias. Ahora vemos bastante luz, ya que al referimos a la minería metálica en España básicamente lo hacemos pensando en los yacimientos andaluces»
Valoremos lo que puede representar la minería en Andalucía fijándonos en otros protagonistas internacionales. En el citado informe se explica esto teniendo en cuenta la opinión de Francisco Sierra García, delegado onubense del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Sur.
«China es el principal consumidor mundial, copando más del cincuenta por ciento del mercado. Durante 2019, pese a que es allí donde estalla la crisis del coronavirus, su industria consumió 12,8 millones de toneladas de refinado de cobre. Y ya en el segundo y tercer trimestre de 2020 su demanda provocó que los precios alcanzaran su máximo en siete años. Esa es una tendencia que solo hace acentuarse: en el primer trimestre de 2021 la economía china ha experimentado un crecimiento del 18,3 por ciento, y eso se traduce en que el pasado mes de abril el precio de la tonelada de cobre refinado se disparó al máximo histórico del entorno de los 9.500-9.700 dólares americanos, favorecido también por el cierre de las fronteras chilenas a consecuencia de la pandemia», explica Sierra García.
China, la gran mina de cobre del planeta
Sabemos que el país asiático es la gran mina de cobre del mundo. Durante el año 2020 puso en el mercado 5,7 de los veinte millones de toneladas de cobre refinado del planeta. Para que nos hagamos una idea, Perú –segunda en la clasificación mundial– no llega ni a la mitad. Andalucía aporta ciento ochenta y cuatro mil toneladas al mercado global, apenas un 0,92 por ciento. Basta con multiplicar esa producción andaluza por las actuales cotizaciones –los expertos creen que no bajará en un tiempo de los siete mil o siete mil quinientos dólares por tonelada– para asimilar lo que representa esta industria regional. Más aún si tenemos en cuenta las proyecciones del mercado a medio y largo plazo.
¿Qué dicen los expertos? Aseguran que el consumo está al alza y que en solo dos o tres décadas la demanda de cobre mundial se duplicará. A corto plazo, van a contribuir a ello los ambiciosos programas inversores anunciados tanto por Joe Biden en los Estados Unidos –segundo consumidor mundial– como por la Comisión Europea en busca de la ansiada recuperación económica.
Y atención a otras naciones emergentes como India, con sus mil trescientos sesenta y seis millones de habitantes. «En cuanto supere la crisis del Covid que ahora se está recrudeciendo allí, su renta per cápita va a aumentar de forma muy notable. En 2019 su PIB representaba ya el 4,2 por ciento a nivel mundial, cuando China era el 5,9 por ciento. India va a requerir de una gran reindustrialización, urbanización, construcción, redes eléctricas… Yo creo que va a ser el país con mayor crecimiento porcentual en consumo de cobre durante la próxima década, porque es un hecho constatable que en la comunidad internacional todo el mundo aspira a alcanzar los niveles de bienestar de los países de su entorno, e India está a punto de dar su gran salto», vaticina Sierra.
El consumo de cobre en kilos por habitante al año es un índice muy utilizado para mediar la calidad de vida en un país, así como su fortaleza industrial. En 2019 China había alcanzado los 9,17 kilos por habitante, Alemania está en los 12,25 kilos, Corea del Sur en 10,38 y Japón en 8,01. España antes de la crisis financiera de 2008 superaba los diez kilos, pero ha sufrido una caída del cincuenta por ciento. ¿El reto? Volver a los niveles de consumo previos a la citada crisis. ¿Y qué pasa con India? Su consumo por habitante al año es de apenas 0,38 kilos, por lo que la tendencia será que se desborde en los próximos años.
¿Es tan importante el cobre en nuestro día a día? Lo es. Solo tienes que pensar en todo el cableado y los electrodomésticos que tienes en casa, pero también en otros sectores como el del automovilismo. Un coche convencional de gasolina o diésel tiene unos veinticinco kilos, pero sabemos que están condenados a la extinción por usar combustibles fósiles. El coche híbrido tiene entre cuarenta y cincuenta, y el cien por cien eléctrico unos ochenta y tres kilos. Sin tener en cuenta los cargadores, que requieren entre 0,7 y ocho kilos del mineral.
«Cada megavatio de un parque eólico requiere cuatro veces más cobre que las energías convencionales. Y por cada megavatio instalado en fotovoltaica se utiliza una media de cuatro toneladas de cobre», detalla Francisco Sierra, que destaca la contribución efectiva de este metal a un modelo de desarrollo sostenible real: «En su extracción, procesamiento, fundición y refino, una tonelada de cobre provoca la emisión de dos toneladas de CO2. Pero su reciclabilidad permite que esa misma tonelada, a lo largo de toda su vida útil como conductora eléctrica, ahorre la emisión de hasta doscientas toneladas de CO2»
Por si todo esto fuese poco, la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto un importante nicho de mercado para el cobre en aplicaciones hospitalarias como agente antibacteriano. Unas aplicaciones que no paran de crecer y Andalucía está muy bien situada y preparada para aprovecharse de todo esto.
¿Qué te ha parecido el artículo? La minería andaluza resurge como de las industrias más potentes de la región.
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