
30 May
Las propiedades médicas del cobre
Por casi todos es conocido que el cobre ofrece gran durabilidad, resistencia a la corrosión y conductividad térmica y eléctrica altas. Sin embargo, esconde una propiedad igualmente importante y desconocida para muchos. En los tiempos antiguos, mucho antes de que los seres humanos supieran distinguir qué eran bacterias y virus, ya se utilizaba el cobre para curar infecciones.
Por ejemplo, en China era el símbolo de la salud y lo llamaban Ki, mientras que en Egipto era el símbolo de la vida eterna y lo llamaban Ankh. Su primer uso médico se cita en el Papiro Smith, fechado en Egipto entre el 2600 y 2200 a. C. En él se describen cómo las virutas de cobre y bronce se usan para desinfectar las heridas. A su vez, los fenicios lo tenían como algo parecido a Afrodita, diosa del amor y la belleza.
Con la llegada del coronavirus, más de medio planeta se ha puesto a buscar soluciones para frenar a la epidemia. La Covid-19 ha matado a centenares de miles de personas y contagiado a otras tantas en todo el mundo. Es entonces cuando esa propiedad milenaria del cobre ha salido de nuevo a la palestra.
El cobre antimicrobiano
Muchos lo consideran como una especie de superpoder y lo cierto es que el cobre tiene una alta capacidad antimicrobiana. Para que te hagas una idea, las bacterias necesitan normalmente metales como el hierro y el calcio para sobrevivir, pues de ellos obtienen la energía. Sin embargo, el cobre no solo no las alimenta; es que las elimina y destruye de forma muy rápida. Es conocido que tanto el cobre como sus aleaciones –bronce y latón– tienen propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas.
Con tan solo dos horas de contacto, está demostrado que el cobre elimina el 99,9 por ciento de bacterias y hongos. Vamos más allá y te contamos que puede matar de diez a cien millones de bacterias por minuto. ¡Y no solo eso! Estamos ante el primer y único metal con propiedades antimicrobianas registrado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
«Un estudio probó el coronavirus en superficies como plástico, metales y aluminios, madera y cobre, y el cobre mató al virus en tan solo cuatro horas, a diferencia del plástico, en el que dura más de tres días»
Los científicos aseguran que también puede destruir el ADN de las bacterias, por lo que esta no puede desarrollar resistencias. Esto es muy importante, sobre todo contra bacterias como el MRSA, conocido como la superbacteria, debido a su alta resistencia como consecuencia de un uso excesivo de antibióticos.
En Estados Unidos los expertos han comprobado la efectividad del cobre contra seis bacterias, a saber: E.coli 0157:H7, Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, Enterobacter aerogenes, VRE yMRSA.
¿Cómo funciona el cobre contra las bacterias? Lo cierto es que no se sabe con seguridad, pero hay varias teorías que van desde que los iones de cobre pueden romper la pared de la membrana celular de las bacterias, consiguiendo una fuga de nutrientes y provocando la muerte de la misma, hasta estrés oxidativo. El cobre participa en lo que se denomina reacción de tipo Fenton, una reacción química que causa daño oxidativo a la célula.
El cobre y el coronavirus
Dada su capacidad antimicrobiana, ¿podemos decir que es efectivo el cobre contra los virus como el coronavirus? No se puede dar por seguro, pero un estudio publicado por The New England Journal of Medicine probó el virus en distintas superficies como plástico, metales y aluminios, madera y cobre, y el cobre mató al virus en tan solo cuatro horas, a diferencia del plástico, en el que dura más de tres días.
No obstante, aún quedan muchos estudios por hacer para confirmar que el uso del cobre es efectivo, por ejemplo, para la elaboración de mascarillas. Lo que sí aseguran los expertos es que las mascarillas de cobre deben tener el mineral incorporado en cada fibra, no en una sola capa incrustada dentro de la tela
«Creemos que las máscaras de cobre son más efectivas para proteger a nuestros trabajadores que una simple máscara de tela, porque el cobre en ellas mata los gérmenes», explica Daniel Simon, el director clínico y científico de University Hospitals Cleveland Medical Center (UHCMC).