
07 Ene
Las grandes minas de oro subterráneas romanas en España
Unos investigadores del Instituto de Estudios Cabreireses han descubierto una de las las mayores explotaciones de oro romanas subterráneas del noroeste español. Hablamos del paraje de Las Ferreiruscas, en León.
¿Sintieron los romanos a su paso por España una especie de fiebre del oro? Este imperio estuvo en Hispania durante siete siglos. Desde el 218 a.C. hasta el siglo V y parece que el noroeste español fue clave para su industria extractiva, concretamente la del oro.
Un grupo de investigadores del Instituto de Estudios Cabreireses, Jorge Arias, Balbino Núñez y Miguel Merayo, han descubierto la que parece ser una de las las mayores explotaciones de oro romanas subterráneas de la zona. De forma más concreta hablamos del paraje de Las Ferreiruscas, en León. El hallazgo está situado en El Puente de Domingo Flórez y cuenta con hasta treinta metros cuadrados de extensión que no se habían explorado porque la densa vegetación impedía la localización de la mina.
«Llevaba muchos años buscándola, sabía que tenía que estar, pero la espesa vegetación dificultaba su visión», explica Jorge Arias. «Gracias a un vecino que un día me comentó que sabía que en ese punto había unas oquedades en la tierra, y a la insistencia, que ha dado sus frutos ya que todo ese terreno existen muchos amontonamientos de estériles», argumenta el investigador.
A finales de los ochenta, Sánchez Palencia, arqueólogo del CSIC, dejó certificado uno de esos amontonamientos más bajos y cercanos al núcleo del pueblo en un canal de lavabo de estériles Romano. Este hallazgo actual nos habla de una mina –una concentración de conglomerados– con una gran sala de unos treinta metros cuadrados y con continuidad de tres galerías hacia la derecha.
Según el propio Instituto de Estudios Cabreireses, en breve se hará una prospección por Roberto Matías, cabeza de este grupo de investigación, y seguidamente su certificación a Patrimonio, para entrar a formar parte del patrimonio arqueológico de las Médulas y del propio patrimonio del Puente de Domingo Flórez.
Este entorno fue declarado Bien de Interés Cultural en 1996, en atención a su interés arqueológico, y un año después el conjunto fue considerado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Desde 2002 es Monumento Natural.
«Estamos hablando de la mina de oro subterránea más grande de las que conocemos hasta ahora. Es un caso excepcional y está justo encima de Puente de Domingo Flórez, en León»
«Estamos hablando de la mina de oro subterránea más grande de las que conocemos hasta ahora. Es un caso excepcional y está justo encima de Puente de Domingo Flórez», subraya Roberto Matías explicando que la zona fue trabajada por los romanos.
Es evidente que el noroeste de la Península Ibérica fue la zona proveedora de oro para el Imperio Romano a partir de Augusto, que gobernó desde el siglo I antes de Cristo hasta el siglo I después de Cristo. Entre esas fechas y finales del siglo III de esta era parece que las minas quedaron abandonadas.
La mina romana de oro más emblemática de España está excavada a cielo abierto y está en Las Médulas, a poca distancia de este nuevo hallazgo. Esta mina viene a certificar de nuevo lo que vivió el Imperio Romano con el noroeste de la Península Ibérica fue una verdadera fiebre del oro que habría condicionado la estrategia sociopolítica de la Roma de entonces.
Eso sí, ya dejan claro a los curiosos que de oro nada de nada. «Que la gente no se piense que va a encontrar ahí dentro oro y cascos romanos. Lo que hay es canto rodado incrustado en arcilla, que hacen un conglomerado como si fuera cemento», deja claro Arias.
En otras épocas sí que hubo, claro. En Las Médulas, los trabajos iniciados en la época del emperador Octavio Augusto fueron administrados por el escritor y militar romano Plinio el Viejo. Este aseguraba que se extraían alrededor de 1 635 000 kilos de oro al año.
Un sistema llamado Ruina montium era el utilizado para extraer el material. Se canalizaba el agua de los riachuelos de montaña y era embalsada en la parte más alta de la explotación. Además, la montaña se horadaba con una red de galerías por las que se soltaba el agua. Esto hacía que la pared rocosa cediera y arrastrase tierras hasta los lavaderos modificando el paisaje y logrando el lugar tan mágico que es hoy en día.
Este paisaje de tierras rojizas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se puede recorrer a través de distintos senderos como la Senda Perimetral, la Senda de las Valiñas, la Senda del Lago Sumido, la Senda de los Conventos y la Ruta de los poblados. Y esperamos que pronto se sume una visita a esta nueva explotación minera subterránea.
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Imagen superior: Instituto de Estudios Cabreireses