
03 Mar
Diseño de ciudades sostenibles y áreas protegidas
En el blog de AYMA Mining solemos hablar de sostenibilidad y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, iniciativa del Pacto Mundial de la que formamos parte. Y en algunas ocasiones también contamos cositas sobre el mundo de la edificación, otro de nuestros servicios integrales. En este artículo vamos a unir ambos conceptos con la llegada de la XIV edición de los Premios Fundación BBVA Fronteras.
El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología y Biología de la Conservación ha sido concedido en su XIV edición a los ecólogos Lenore Fahrig, Simon Levin y Steward Pickett. Se les ha galardonado por introducir la dimensión del espacio físico en el estudio de los ecosistemas.
Los tres premiados han realizado contribuciones fundamentales tanto al desarrollo de la teoría y las matemáticas de la ecología espacial como a su aplicación en el diseño de áreas de reservas naturales, planes de gestión de la vida silvestre y redes de carreteras, y ciudades sostenibles. Y así lo ha destacado el jurado.
Es importante destacar que no han trabajado entre ellos, pero sus estudios individuales han sido claves para desarrollar el concepto de ecología espacial. Levin es pionero en su desarrollo matemático, introduciéndolo así en modelos que permiten el análisis de ecosistemas complejos. Fahrig estudia los impactos de la fragmentación del hábitat y la pérdida de conectividad entre hábitats remanentes sobre la biodiversidad. Y Pickett es uno de los padres de la ecología urbana, que asume que las ciudades concentrarán cada vez más población y por tanto es obligado pensar en cómo emplear también sus espacios para conservar la biodiversidad.
La ecología espacial
El concepto de ecología espacial va en un sentido contrario a lo estipulado durante años de centrarnos en la conservación de grandes hábitats evitando la presencia de los seres humanos. La ecología espacial demuestra el valor que los hábitats de menor tamaño tienen en sí mismos y como ejemplos extrapolables a otras escalas de territorio mayores. La importancia de conectar los hábitats fragmentados, e incluso la posibilidad de preservar la biodiversidad en el entorno urbano.
Es fundamental en la ecología comprender cómo puede afectar el espacio físico a la dinámica de los ecosistemas y a la vida de sus organismos. «Los espacios y su gestión influyen por ejemplo en las migraciones, en la capacidad de adaptación de las especies o en el impacto de la huella humana en el ecosistema», explica Pedro Jordano, profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana y secretario del jurado.
Simon Levin marcó un hito al presentar su visión de la ecología espacial en su artículo The Problem of Pattern and Scale in Ecology, publicado en 1992, que hoy sigue siendo uno de los más citados de la ciencia ecológica.
«Hasta hace relativamente poco, no existía mucha teoría matemática que incorporara la dimensión del espacio de la interacción entre especies en modelos. Así que empecé a trabajar en esta línea en los años setenta, para construir modelos ecológicos que incorporasen la estructura espacial», ha explicado Levin tras conocer el fallo del jurado.
«Ahora las ciudades están diseñadas para los coches. Tenemos que darle la vuelta a esto y pensar en las ciudades como lugares en los que la biología tiene que funcionar y la biodiversidad tiene que prosperar, para realizar funciones útiles para el control del clima, del agua e incluso para cuidar la salud física y psicológica de las personas» (Steward Pickett)
Por otro lado, Lenore Fahrig, catedrática de Biología de la Universidad de Carleton (Canadá), recurre a las vistas aéreas para explicar el concepto de ecología espacial: «Estudiamos cómo el reparto del territorio, las distintas manchas que ves desde un avión, influye en la vida de los organismos», ha explicado en una entrevista tras conocer el fallo.
Finalmente, Steward Pickett, investigador en el Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas (EEUU), ha desarrollado el campo de la ecología urbana. Su trabajo se ha desarrollado en colaboración estrecha con especialistas en arquitectura, urbanismo, arte, sociología y economía.
«Concibo las ciudades como mosaicos con muchas capas: la capa construida −los edificios, las carreteras, las infraestructuras…−, pero también la capa de las políticas, las normas. Está la capa de las diferencias sociales −de clase, étnicas…−, y la capa verde, la parte ecológica: el reciclaje de nutrientes, la regulación del clima o el flujo de agua. Abordo la planificación urbana integrando todas estas capas», ha afirmado el investigador tras conocer el fallo.
«Ahora las ciudades están diseñadas para los coches. Tenemos que darle la vuelta a esto y pensar en las ciudades como lugares en los que la biología tiene que funcionar y la biodiversidad tiene que prosperar, para realizar funciones útiles para el control del clima, del agua e incluso para cuidar la salud física y psicológica de las personas. Debemos diseñar las ciudades en primer lugar para la convivencia de la naturaleza y las personas, y rebajar la importancia de la dimensión física y la eficiencia del transporte», concluye Pickett.
¿Qué te ha parecido el artículo? La sostenibilidad es un campo que aparece en todo lo que nos rodea. También en el diseño de las ciudades del futuro, o mejor, del presente.
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