
28 Oct
De palas eólicas a golosinas: hablamos de reciclaje
Es habitual –y cada vez más– encontrarse con campos de turbinas generadoras de energía eólica. Esas palas mastodónticas que están llamadas a ser una de las alternativas más fiables para lograr la ansiada transición energética. Sin embargo, desde hace unos años son muchos los que se preguntan por el reciclaje de las viejas aspas de estos aerogeneradores.
¿Qué podemos hacer con unas estructuras tan enormes que pueden pasar de los ochenta metros de largo y a veces incluso los cien cuando ya no pueden seguir funcionando y debemos retirarlas? Si hablamos de sus materiales, la cosa se complica, porque están fabricadas de resinas y fibras de vidrio y carbono, que complican su gestión una vez se retiran de las turbinas. Solo en España hay 1 298 parques eólicos y más de 21 500 aerogeneradores.
Como su reciclaje no es ni sencillo ni barato, lo habitual es que se incineren, se intenten disolver, se trituren, se almacenen o se entierren. Quizá hayas visto el popular cementerio de palas de Wyoming, cuyas fotos fueron publicadas hace dos años por Bloomberg.
Lo ideal es que se trabajase con un nuevo material que facilitase su reciclaje y reaprovechamiento de componentes. En eso se afana un equipo de la Universidad Estatal de Michigan. Dice haber encontrado un posible material para la fabricación de aspas que facilitaría su tratamiento.
Combinando fibras de vidrio con un polímero derivado de las plantas y otro sintético, los investigadores han creado una resina termoplástica lo bastante fuerte y duradera como para emplearse en turbinas eólicas. Más allá de las propiedades del material, lo mejor es que es sumamente sencillo de reciclar.
«Con la resina termoplástica, el equipo de investigadores de Michigan ha llegado a fabricar golosinas con forma de ositos, similares a los afamados ositos de la marca Haribo. El propio profesor Dorgan acabo comiéndose uno»
«Lo bonito de nuestro sistema de resina es que al final de su ciclo de uso podemos disolverla y eso la libera de cualquier matriz en la que se encuentre para que pueda ser utilizada una y otra vez en un bucle infinito», señala el doctor John Dorgan, parte del equipo de científicos que ha desgranado sus conclusiones durante la reunión celebrada por la American Chemical Society en verano de 2022.
Al intentar disolver la resina, los investigadores de Michigan comprobaron que se podían separar las fibras de vidrio y el resto de componentes. Además, se podía refundir el material elaborando muchos otros productos e incluso aspas con las mismas propiedades.
También mezclaron la resina con minerales obteniendo un material que puede ser utilizado en la fabricación de encimeras o lavabos. Si se combina con otros componentes sirve para elaborar fundas de portátiles, herramientas, ventanas, pilotos para las luces traseras de los vehículos o incluso pañales. Impresionante, ¿verdad?
Como anécdota, durante las investigaciones también obtuvieron lactato de potasio de calidad alimentaria. Este puede convertirse en dulces o en bebidas para deportistas. El equipo de investigadores de Michigan ha llegado a fabricar golosinas con forma de ositos, similares a los afamados ositos de la marca Haribo. En la presentación de los resultados, el propio profesor Dorgan acabo comiéndose uno.
Más allá de lo anecdótico, nos quedamos con la importancia del hallazgo, porque es dar un paso más en la transición energética que tanto necesita el planeta y que demandan los Objetivos de Desarrollo Sostenible. ¿Qué te parece? ¿Te comerías un osito creado con esta resina?
¿Qué te ha parecido el artículo? El progreso pasa por la investigación y siempre es positivo avanzar hacia el futuro.
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Imagen superior: Denny Muller – Unsplash