Los ODS en el mundo del cine (2)
En alguna que otra ocasión hemos hablado de los famosos Objetivos de Desarrollo Sostenible y ya realizamos en el blog un primer acercamiento de los ODS al mundo del cine. En las siguientes líneas lo retomamos y cerramos con la segunda parte de esta fantástica unión entre los ODS y el cine. Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pero que se lo digan a El Padrino II. Acomódate, que empezamos.
9. Metrópolis (1927)
Empezamos esta segunda parte con el ODS 9 (Industria, innovación e infraestructura). En Metrópolis, la cinta de 1927 dirigida por el austríaco Fritz Lang denuncia la tiranía con la que explotan a las masas los sistemas totalitarios. Una película sumamente futurista para la época en la que se recrea un mundo muy avanzado.
10. Parásitos (2019)
Una película muy alabada por la crítica y que seguro recuerdan muchos de nuestros lectores es Parásitos, del director coreano Bong Joon-ho. En ella se narra la historia de Gi Taek y su familia, que terminan relacionándose con la adinerada familia Park. La cinta es ideal para tratar el tema del ODS 10, reducción de las desigualdades.
11. El niño que domó el viento (2019)
Nos quedamos en 2019 con otra película reciente, El niño que domó el viento. Está inspirada en hechos reales y nos lleva a Malaui, en África. Allí nos metemos en la vida de William Kamkwamba, un adolescente que desarrolla un sofisticado sistema de energía eólica con la que salva a su comunidad. Muy relacionada con el ODS 11, ciudades y comunidades sostenibles.
12. No impact man (2009)
El ODS 12 nos habla de producción y consumo responsables y es lo que podemos ver en No impact man, película documental dirigida por Laura Gabbert y Justin Schein y que nos lleva a visionar la vida en común del escritor Colin Beavan, su esposa y su hija. La familia Beavan se propone vivir todo un año sin una sola emisión de carbono.
13. No mires arriba (2021)
Producida por la afamada Netflix, No mires arriba fue todo un impacto en las redes sociales y el mundo del cine. Alabada por la crítica, la cinta protagonizada por Jennifer Lawrence y Leonardo DiCaprio narra la posible llegada de un meteorito que acabará con la humanidad. Una alegoría sobre la falta de acción contra el cambio climático y que se relaciona con el ODS 13, acción por el clima.
14. Buscando a Dory (2016)
Nos vamos al cine de animación, a la secuela de la célebre Buscando a Nemo. En este caso visionamos Buscando a Dory, con los mismos protagonistas, y que se centra en la búsqueda de la familia de Dory. Durante casi toda la cinta se aprecia la contaminación que acecha a las especies marinas y la captura de peces para su posterior cautividad. Relacionada con el ODS 14, vida submarina.
15. Lorax (2012)
Seguimos con el cine de animación para acompañar a Ted, un niño de doce años que vive en un lugar sin apenas naturaleza. No hay flores ni árboles, pero para conquistar el corazón de Audrey deberá encontrar un árbol muy peculiar. Además de fantástica y bonita viene genial para concienciar sobre el ODS 15, vida y ecosistemas terrestres.
16. Doce hombres sin piedad (1957)
Nos paramos en un auténtico peliculón, todo un clásico. Doce hombres sin piedad es uno de los mejores alegatos contra la pena de muerte que se pueden ver en el cine. Una película necesaria para ver mejoras del sistema judicial y que está íntimamente relacionada con el ODS 16: paz, justicia e instituciones sólidas.
17. Punto límite (1964)
Cerramos esta segunda parte del artículo de ODS y cine con Punto límite, cinta de 1964 centrada en el ODS 17, alianza para lograr los objetivos. Para lograr los objetivos propuestos es indispensable que cooperemos y nos unamos. ¿Qué pasaría si no lo hiciésemos? Es lo que se puede ver en esta película, un caos absoluto.
¿Qué te ha parecido el artículo? El cine es un arte que nos acompaña en nuestro día a día y es un mecanismo perfecto para hacer fuerza en la difusión de los ODS.
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Imagen superior: cartel de la película ‘No mires arriba’, Netflix.
Biocombustibles, todo lo que necesitas saber
¿Sabías que los biocombustibles existían mucho antes que los automóviles? Sin embargo, el imperio de la gasolina y el gasóleo los ha mantenido al margen. Ahora, con la llamada de socorro para tener un mundo más sostenible y limpio ha arrancado el auge de los combustibles alternativos y en eso, los biocombustibles tienen mucho que decir.
En la actualidad, casi una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo llega a través de los viajes por carretera, los vuelos y el transporte marítimo. Transportes que requieren en gran medida de los combustibles fósiles. La idea es utilizar otros elementos y fabricar combustibles a partir de materia vegetal u otras materias primas renovables, así como residuos forestales y agrícolas o CO2 capturado.
¿Es esto posible? El concepto de utilizar las tierras de cultivo para producir combustible en lugar de alimentos conlleva sus propios retos, y las soluciones que se basan en residuos u otras materias primas aún no han podido competir en precio y escala con los combustibles convencionales. La producción mundial de biocombustibles debe triplicarse de aquí a 2030 para cumplir los objetivos de crecimiento sostenible de la Agencia Internacional de la Energía.
Para fabricar el biocombustible podemos tener varias opciones. Generalmente se usan reacciones químicas, fermentación y calor para descomponer los almidones, azúcares y otras moléculas de las plantas. Con los productos resultantes se hace un refinado que sirve para llegar a ese combustible necesario para los vehículos.
Por ejemplo, en Estados Unidos la gasolina suele contener uno de los biocombustibles más populares, el etanol. Este se fabrica gracias a la fermentación de los azúcares de plantas como el maíz o la caña de azúcar. El etanol contiene oxígeno que ayuda al motor del coche a quemar el combustible de forma más eficiente, reduciendo la contaminación del aire. Eso sí, el combustible estadounidense suele contener un noventa por ciento de gasolina y un diez por ciento de etanol, obtenido del maíz. En Brasil, segundo productor de este biocombustible –aunque hecho con caña de azúcar–, el etanol supone un veintisiete por ciento del combustible.
Por otro lado, si buscamos alternativas al gasóleo tenemos tanto el biodiésel como el diésel renovable. El primero viene derivado de grasas como el aceite vegetal, la grasa animal o la grasa de cocina reciclada; el aceite que usar para tus recetas, por ejemplo. Este se mezcla con el diésel de petróleo reduciendo su contaminación. Hasta un veinte por ciento de biodiésel puede entrar en las mezclas de combustibles, aunque las bajas temperaturas suelen ser problemáticas con este producto, sobre todo en vehículos antiguos. El diésel renovable no tiene que mezclarse y es un combustible sustituto. Igualmente es un producto químico derivado de grasas o residuos vegetales.
«Ahora, con la llamada de socorro para tener un mundo más sostenible y limpio ha arrancado el auge de los combustibles alternativos y en eso, los biocombustibles tienen mucho que decir»
El transporte marítimo y la aviación usan también otro tipo de combustibles de origen vegetal. Como dato, más de ciento cincuenta mil vuelos han usado biocombustible. Pero siendo realistas, la cantidad de biocombustible de aviación producida en 2018 representó menos del 0,1 por ciento del consumo total. Es lógico pensar que la adopción del biocombustible está a niveles muy inferiores a los objetivos para 2030 fijados por la Agencia Internacional de la Energía.
En España, este sentido, Iberia ya ha operado su primer vuelo utilizando biocombustible. La versión utilizada –A330-200 MTOW 242 TN– tiene una capacidad máxima de despegue de doscientas cuarenta y dos toneladas, y consume un quince por ciento menos de combustible que la flota a la que sustituyen.
La idea es que en un futuro Iberia y Repsol –pionera en la fabricación de combustibles sostenibles de aviación– puedan operar vuelos con una mezcla de biocombustibles que llegue hasta el cincuenta por ciento. Un producto que está previsto que se elabore en la primera planta de biocombustibles avanzados de España, cuya puesta en marcha en Cartagena, Murcia, se estima en 2023.
Repsol está construyendo esta primera planta de fabricación de biocombustibles, con el objetivo de producir doscientas cincuenta mil toneladas anuales a partir de 2023, llegando a 1’3 millones de toneladas de productos a partir de materias renovables en 2025 y más de dos millones en 2030.
A partir de hidrógeno y materia prima reciclada, por ejemplo aceites de fritura, grasas, la fracción orgánica de los residuos urbanos, o biomasa de restos agrícolas o forestales, se podrán fabricar biocombustibles avanzados, como hidrobiodiésel, biojet, bionafta y biopropano.
Se trata de biocombustibles que pueden ser usados sin modificaciones en los motores actuales. Esto supondría un ahorro de emisiones de novecientas mil toneladas de CO2 al año. Para que te hagas una idea, es la cantidad similar que absorbería un bosque del tamaño de ciento ochenta mil campos de fútbol.
Finalmente, en el Puerto de Bilbao se está desarrollando un proyecto innovador a nivel mundial para producir combustibles sintéticos con cero emisiones netas. Para ello usará solo CO2 capturado en la refinería e hidrógeno producido con electricidad cien por cien renovable.
¿Qué te ha parecido el artículo? Los biocombustibles han llegado para quedarse y hacer mejor nuestra vida.
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La importancia de comunicar la Responsabilidad Social Corporativa
Son muchas las ocasiones en las que hemos escrito sobre la Responsabilidad Social Corporativa. Por la mayoría es conocida su importancia y son cada vez más las empresas que invierten parte de su presupuesto en esta materia. Invertir en RSC es invertir en el futuro, no solo de una empresa, sino del planeta. Sin embargo, ¿se comunica lo suficiente? ¿Debemos hacerlo? Vamos a analizarlo en las siguientes líneas.
Hoy en día la Responsabilidad Social Corporativa genera un fuerte impacto en la actividad de cada empresa. Apostar por ella es apostar también por el respeto y el apoyo, tanto al entorno como a la sociedad. Por ello es importante que se enfoquen bien las acciones a realizar de RSC, para el beneficio de la sociedad en general y de la empresa en particular.
Son muchas las iniciativas de este tipo que existen y que surgen cada día. No obstante, no se comunican todo lo que se debería. Más allá de poder generar un debate sobre si deben o no ser comunicadas, lo cierto es que muchas acciones perderían su fuerza si las organizaciones no las comunicasen.
Es importante que tanto las acciones de RSC como sus mismos resultados lleguen a todos los grupos de interés. De esta forma, el impacto de las iniciativas en los clientes, comunidades, empleados y gobiernos contribuye positivamente a la manera en que ellos se relacionan e interactúan con la empresa.
«Estas acciones han de ser entendidas y percibidas como reales. Es importante huir de exageraciones o engrandecimiento de las iniciativas. La transparencia y la coherencia tienen que ser el pilar de nuestra comunicación»
No olvidemos que la comunicación es un factor clave de los negocios en estos tiempos. Es prácticamente obligatorio mantener una relación con la sociedad y todo lo que rodea a cada compañía si se quiere tener éxito. ¿De qué sirve ser el mejor en algo si nadie lo sabe?
Una comunicación planificada de tus acciones en RSC otorga beneficios claros y genera relaciones sociales y cercanas, tanto con tus consumidores como con el resto de los grupos de interés, lo que termina generando relaciones que van más allá de lo empresarial.
Por un lado, tenemos beneficios claros en las empresas. Por ejemplo, informar de las iniciativas que se hacen en RSC contribuye a tener una imagen de marca mejorada y una reputación muy positiva como corporación. Además, fidelizas y captas nuevos consumidores, que suelen elegir a marcas socialmente responsables.
Por otro, gracias a que muchas empresas comunican estas estrategias de RSC otras se suben al carro. Viendo sus beneficios, negocios o marcas que no hacían este tipo de iniciativas se ven motivados a participar en estas acciones aportando un impacto positivo en la sociedad.
Eso sí, hay que tener en cuenta que estas acciones han de ser entendidas y percibidas como reales. Es importante huir de exageraciones o engrandecimiento de las iniciativas. La transparencia y la coherencia tienen que ser el pilar de nuestra comunicación y es necesario que el público vea tu RSC como algo realmente positivo para la sociedad y no como una mera herramienta de marketing.
No podemos tampoco olvidar a los empleados. Estos han de ser partícipes de las acciones en RSC que hacen sus empresas, porque ellos son los principales embajadores. La responsabilidad social genera un sentimiento de pertenencia a la empresa y motiva a los trabajadores a hacer sus funciones.
Hay cero dudas. Si la RSC es absolutamente necesaria para tu empresa, su comunicación –transparente, clara y sincera– lo es más. Hacer una buena estragia de RSC solo puede significar éxitos tanto para el negocio como para la sociedad y el planeta en el que vivimos.
¿Qué te ha parecido el artículo? La importancia de la RSC es indudable y en AYMA podemos ayudarte a que alcances tus metas en esta materia.
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Imagen superior: Clark Tibbs – Unsplash
Reutilización de productos de la construcción (ODS 7)
¿Sabrías decir cuántos productos diferentes podemos encontrarnos en un edificio normal? Unos tres mil. Son datos de Green Building Council España (GBCe). Una cifra que habla de la importancia que tienen las edificaciones como reservas de materiales para el futuro. ¿Podemos reutilizarlos? ¿Cómo?
«El cambio hacia la circularidad de los edificios solo es posible si disponemos de toda la información sobre sus componentes para poderlos reutilizar y darles una segunda vida», destaca la directora general de GBCe, Dolores Huerta.
Por eso es importante la creación del Libro Digital del Edificio, propuesta por la Comisión Europea tras una revisión de la Directiva de eficiencia energética en edificios. La previsión es que se apruebe en 2022 con el objetivo de participar en el proceso de la descarbonización del sector de la construcción.
Pero ¿qué es exactamente ese Libro Digital del Edificio? Se trata de una herramienta que permite la monitorización de los datos, la información y los documentos relacionados con cada fase del ciclo de vida del edificio de forma dinámica. «Los materiales que conforman una edificación deben disponer de un pasaporte que permita identificar sus propiedades en todo momento y que les confiere identidad y valor como recursos al final de su vida útil», explica Jordi Bolea, coordinador del Grupo de Trabajo sobre Economía Circular (GTEC) de GBCe.
«El pasaporte de materiales, como parte del Libro Digital del Edificio, es una herramienta imprescindible para integrar la circularidad en el sector de la edificación y cumplir con el compromiso de las cero emisiones para 2050», afirma Bernardette Soust-Verdaguer, miembro del GTEC.
«La viabilidad de esto solo se produce si se tiene en cuenta qué sucederá con los recursos a lo largo de toda la cadena de valor y al final de su vida útil. En este caso, es vital tener digitalizada toda la información»
Es un reto absoluto, más aún si tenemos en cuenta que en España el sector de la edificación es responsable del 30,1 por ciento del consumo de energía final y del 25,1 por ciento de las emisiones de CO2 a la atmósfera, según datos extraídos de la hoja de ruta del proyecto Building Life.
Por otro lado, la mitad de las emisiones de carbono previstas para el sector de la edificación hasta 2050 no están medidas ni contempladas en ninguna estrategia de descarbonización.
Además de eso, la ONU asegura que más del sesenta por ciento de las emisiones de CO2 a nivel mundial –sin tener en cuenta las derivadas de los usos agrícolas y forestales– se liberan en la secuencia de extracción, procesamiento y fabricación de bienes. Algo menos del cuarenta por ciento se emite durante el uso de los productos.
El uso de materiales se ha triplicado desde 1970 y podría duplicarse de nuevo hacia 2050. «Para implementar la circularidad es necesario planificarla desde la fase de proyecto, diseñar edificaciones que puedan ser desmontables y asegurarnos de que sus materiales no contienen sustancias tóxicas que comprometan su reaprovechamiento futuro», opina Beatriz de Diego, experta del Área Técnica de GBCe y miembro del GTEC.
La viabilidad de esto solo se produce si se tiene en cuenta qué sucederá con los recursos a lo largo de toda la cadena de valor y al final de su vida útil. En este caso, es vital tener digitalizada toda la información. Todos los procesos deben ser concebidos para que los residuos generados se puedan reaprovechar, sin que en ese transcurso se degraden los recursos empleados al inicio.
¿Qué te ha parecido el artículo? Una de las formas de conseguir el ODS 7 –Energía asequible y no contaminante– es reutilizando los productos de la construcción.
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La estrategia de Tesla para obtener litio, níquel y cobalto
Los coches eléctricos están cada vez más de moda. Su popularidad ha alcanzado cotas altísimas gracias a la preocupación de la sociedad en buscar medios de transporte más sostenibles con el medio ambiente. Dejar atrás los combustibles fósiles y apostar por combustibles alternativos pasa, entre otras cosas, por darle una oportunidad a este tipo de vehículos. Para su funcionamiento son fundamentales los minerales. Tesla, una de las principales compañías de automóviles eléctricos, explica cómo obtiene el litio, el níquel y el cobalto que necesita para sus coches directamente desde las minas. Te lo contamos.
La estrategia de Tesla pasa por eliminar intermediarios y proveedores y recurrir de forma directa a la mina. Al menos la mayor parte de los minerales que necesita. Con esto no solo se aseguran el suministro, también tienen en cuenta la elección concreta de las materias primas –que sea una extracción sostenible– y la calidad del producto.
De forma más concreta hablamos de tres minerales: cobalto, níquel y litio. Materia prima muy demandada mundialmente y que es cada vez más difícil de encontrar, ya que se concentra en países que muchas veces presentan desafíos socioeconómicos y ambientales. ¿La consecuencia? Acceder a estos recursos en ubicaciones cada vez más remotas.
Estos tres productos están clasificados como minerales críticos en Estados Unidos, Europa y Canadá. El motivo es que son esenciales para la transición de los combustibles fósiles a otros alternativos. Quizá por eso, aprovisionarse de estas materias primas, que son fundamentales para las baterías de los vehículos eléctricos, es un quebradero de cabeza para los fabricantes de automóviles.
Lo habitual es que se acuda a intermediarios o suministradores, que negocian con otras empresas formando lo que se denomina cadena de suministro. Esta cadena es normalmente bastante compleja, eleva los precios y suele bajar la calidad del producto final.
«Tesla muestra la importancia del impacto ambiental y social que supone la minería en la fabricación de los coches eléctricos. Algo a lo que podrían agarrarse otros fabricantes. Todo un desafío que influirá en la adopción de los vehículos eléctricos en el futuro»
Es aquí donde se desarrolla la estrategia de Tesla con un enfoque basado en la relación directa con las empresas mineras. No solo se asegura el suministro más rápido; también monitoriza la calidad de los minerales y le aporta un prisma de responsabilidad social, vital en la sociedad actual para las empresas.
El fabricante estadounidense ha presentado su Informe de Impacto Medioambiental de 2022, en el que asegura que el cobalto, el níquel y el litio pasan por múltiples procesos por parte de diferentes empresas que forman la cadena de suministro, con los riesgos tanto ambientales como sociales que esto conlleva.
«El abastecimiento directo a partir de las empresas mineras permite a Tesla participar directamente en contextos locales en lugar de tener que depender de varias empresas intermedias que normalmente se ubican entre los fabricantes de vehículos eléctricos y la minería», explican desde Tesla. De esta forma se forma una cadena de suministro más transparente y rastreable, lo que implica que hay mejores datos ambientales y sociales.
Según Tesla, obtuvo directamente de las empresas mineras más del noventa y cinco por ciento del hidróxido de litio, el cincuenta por ciento del cobalto y más del treinta por ciento del níquel que utiliza en sus celdas de alta densidad de energía (NCA y NCM) en 2021.
Gracias a este informe, Tesla muestra la importancia del impacto ambiental y social que supone la minería en la fabricación de los coches eléctricos. Algo a lo que podrían agarrarse otros fabricantes. Todo un desafío que influirá en la adopción de los vehículos eléctricos en el futuro.
¿Qué te ha parecido el artículo? De la mina al coche eléctrico. Una estrategia directa para la extracción de la materia prima.
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Imagen superior: Charlie Deets – Unsplash
Combustibles alternativos a la gasolina y al diésel
Tengas o no tengas vehículo, seguro que te son familiares los conceptos de la gasolina y el diésel o gasoil. Son los combustibles más habituales en nuestro día a día para nuestro principal medio de transporte, pero no los únicos. La sociedad avanza y la tecnología también, a un ritmo imparable. Por eso hay combustibles alternativos a estos dos tradicionales y cada vez gozan de mayor popularidad entre los usuarios. ¿Cuánto sabes sobre ellos?
Empecemos diferenciando los combustibles fósiles de los alternativos. Los fósiles son una fuente de energía que procede de la descomposición de materia orgánica de animales, plantas y microorganismos, y cuyo proceso de transformación tarda millones de años. Se clasifican en tres tipos –petróleo, carbón y gas natural–, y según las Naciones Unidas comprenden el ochenta por ciento de la demanda actual de energía primaria a nivel mundial.
Los combustibles alternativos son aquellos combustibles o fuentes de energía que sustituyen completa o parcialmente a los combustibles fósiles clásicos según la directiva 2014/94/UE. Se consideran combustibles de este tipo los siguientes: la electricidad, el hidrógeno, los combustibles sintéticos y parafínicos, y el gas natural, en forma gaseosa de GNC (gas natural comprimido) o en forma licuada de GNL (gas natural licuado), así como también el GLP (gas licuado del petróleo).
«La sociedad avanza y la tecnología también, a un ritmo imparable. Por eso hay combustibles alternativos a estos dos tradicionales y cada vez gozan de mayor popularidad entre los usuarios. ¿Cuánto sabes sobre ellos?»
Desde hace años se le ha dado prioridad a los combustibles alternativos en detrimento de los fósiles. En el sector de la automoción hablamos de una revolución, pues pueden ser una pieza clave para la búsqueda de la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. Hagamos un repaso por los principales combustibles alternativos.
Electricidad
El uso de vehículos eléctricos no para de crecer. La electricidad es el principal combustible que se usa en lugar de la gasolina y los diésel. Las baterías de los coches eléctricos e híbridos enchufables almacenan la energía necesaria para la automoción. Si bien el uso de la electricidad en el transporte no genera contaminación, sí es cierto que esta puede producirse en centrales termoeléctricas que consumen combustibles fósiles. La clave pasa por que sea fabricada en plantas de energía solar y eólica.
Hidrógeno
Pasamos al hidrógeno, una molécula que usada en células de combustible puede generar electricidad o calor. También puede ser quemada en motores de combustión interna. De esta forma, los coches de tracción mecánica funcionan con un motor alimentado con un combustible que contiene hidrógeno, el cual se combina con oxígeno y con otras sustancias. En el caso de las baterías con células de combustible, estas alimentan un motor eléctrico encargado de la tracción.
La utilización del hidrógeno para combustión brinda la ventaja de generar cero emisiones de gases contaminantes. Sin embargo, tiene la desventaja de que exige gran cantidad de energía para producirlo porque no se encuentra libre de forma natural. Además, su coste de producción es muy elevado.
Biocarburantes
Algunos de los combustibles que más están creciendo son biocarburantes. Son combustibles que pueden ser tanto líquidos como gasesos y se producen a partir de biomasa. ¿Qué es esto? Una fracción biodegradable de los productos, desechos y residuos procedentes de la agricultura, de la silvicultura y de las industrias conexas, así como la fracción biodegradable de los residuos industriales y municipales. Los principales biocarburantes son el bioetanol, el biodiésel y el hidrobiodiésel.
Combustibles sintéticos
Existen también combustibles sintéticos. Estos implican procesos industriales donde se captura el CO2 y, con la ayuda de electricidad, se produce gasolina, diésel y un sustituto del gas natural. También son conocidos como combustibles neutros. Durante su elaboración no se emite apenas contaminación al medio ambiente, pero sí es cierto que los niveles de emisión de CO2 de los vehículos que usan estos carburantes son parecidos a los de los que usan combustibles fósiles.
Gas natural
Cerramos con el gas natural, que, si bien es combustible fósil, puede considerarse alternativo por la baja emisión de CO2 que tiene. Este gas es el metano que podemos encontrar en la corteza terrestre y que se extrae de pozos gasíferos o en explotaciones de petróleo. Existen tres tipos de combustibles obtenidos a partir del gas natural: Gas natural comprimido (GNC), Gas natural licuado (GNL) y Gas licuado del petróleo (GLP).
¿Qué te ha parecido el artículo? Los combustibles alternativos arrojan algo de luz a un futuro mejor para el medio ambiente.
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Imagen: Chuttersnap – Unsplash
Los ODS en el mundo del cine (1)
Es un hecho que los Objetivos de Desarrollo Sostenible están presentes en muchas conversaciones y son cada vez más objeto de artículos y reportajes en medios de comunicación. Es un tema que interesa y que ha de hacerlo aún más para concienciarnos de que proteger el planeta y los derechos humanos depende de nosotros. De todos nosotros. El llamado séptimo arte, el cine, también ha contribuido a difundir numerosas causas sociales. Por eso queremos hacer un repaso por algunas películas que de una forma y otra están ligadas a los ODS. ¿Nos acompañas?
- Niños del paraíso (1997)
Empezamos con un largometraje iraní del director Majid Majidi relacionado con el ODS 1, el fin de la pobreza. En esta película dos hermanos de un barrio sin demasiados recursos de Irán, Ali y Zahra, agudizan su ingenio para evitar que sus padres se enteren de que han perdido un par de zapatos. La intención de la película es llamar la atención sobre las desigualdades y la pobreza extrema.
- El Chico (1920)
En todo listado cinéfilo no debe nunca faltar una peli de Charles Chaplin, uno de los más grandes realizadores de todos los tiempos. En El Chico se aprecia una historia más o menos autobiográfica en la que el autor recuerda su infancia bañada por la pobreza y la miseria, pero sobre todo el hambre. En esta ocasión, la película se relaciona con el ODS 2, hambre cero.
- Hipócrates (2014)
Viajamos a una época más actual para ver Hipócrates, un largometraje francés estrenado en 2014. Es una comedia en las que se siente el día a día de un grupo de profesionales sanitarios que afrontan todo tipo de situaciones en un hospital. Los conocimientos adquiridos en la carrera chocan con la realidad de la práctica diaria en un centro de salud de París. Además, en ocasiones, el negocio entra en conflicto con el interés de los pacientes. Está relacionada con el ODS 3, salud y bienestar.
- La profesora de historia (2014)
Seguimos en Francia y en el mismo año para hablar de La profesora de historia: ODS 4, educación de calidad. Son muchas las pelis que hablan de la labor del docente, pero puestos a elegir nos impactó esta. Un grupo de estudiantes abre sus mentes cuando su profesora les manda un trabajo para clase.
- En tierra de hombres (2005)
Un drama feminista ocupa el quinto lugar en este listado. Dirigido por Niki Caro y con el protagonismo de Charlize Theron, está inspirado en la vida real de Josey Aimes. Una mujer maltratada decide regresar a su pueblo donde encuentra trabajo en una mina de hierro en un entorno masculino. Aimes es una clara representación del ODS 5, igualdad de género.
- También la lluvia (2010)
Esta película de Icíar Bollaín está basada parcialmente en hechos reales. Narra la historia de un grupo de cineastas españoles que viaja a Bolivia para rodar una peli sobre Cristóbal Colón. Allí se topan con la llamada guerra del agua, un conflicto local sobre el abastecimiento del agua. Como es lógico, está relacionada con el ODS 6, agua limpia y saneamiento.
- Chernobyl (2019)
Hacemos un poquito de trampas porque no es una película, es una miniserie, pero su realización se asemeja a la de una gran producción de cinco horas de duración. La serie nos traslada a la catástrofe de Chernobyl. Como no podía ser de otra forma, tiene relación con el ODS 7, energía asequible y no contaminante.
- Diamante de sangre (2006)
Cerramos esta primera parte del listado con una película estadounidense protagonizada por Leonardo DiCaprio y dirigida por Edward Zwick. Diamante de sangre trata el tema de los diamantes, el saqueo del mineral, su venta para financiar conflictos armados en África y la explotación humana. Película relacionada con el ODS 8, trabajo decente y crecimiento económico.
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Photo by Jeremy Yap on Unsplash
Diseño de ciudades sostenibles y áreas protegidas
En el blog de AYMA Mining solemos hablar de sostenibilidad y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, iniciativa del Pacto Mundial de la que formamos parte. Y en algunas ocasiones también contamos cositas sobre el mundo de la edificación, otro de nuestros servicios integrales. En este artículo vamos a unir ambos conceptos con la llegada de la XIV edición de los Premios Fundación BBVA Fronteras.
El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología y Biología de la Conservación ha sido concedido en su XIV edición a los ecólogos Lenore Fahrig, Simon Levin y Steward Pickett. Se les ha galardonado por introducir la dimensión del espacio físico en el estudio de los ecosistemas.
Los tres premiados han realizado contribuciones fundamentales tanto al desarrollo de la teoría y las matemáticas de la ecología espacial como a su aplicación en el diseño de áreas de reservas naturales, planes de gestión de la vida silvestre y redes de carreteras, y ciudades sostenibles. Y así lo ha destacado el jurado.
Es importante destacar que no han trabajado entre ellos, pero sus estudios individuales han sido claves para desarrollar el concepto de ecología espacial. Levin es pionero en su desarrollo matemático, introduciéndolo así en modelos que permiten el análisis de ecosistemas complejos. Fahrig estudia los impactos de la fragmentación del hábitat y la pérdida de conectividad entre hábitats remanentes sobre la biodiversidad. Y Pickett es uno de los padres de la ecología urbana, que asume que las ciudades concentrarán cada vez más población y por tanto es obligado pensar en cómo emplear también sus espacios para conservar la biodiversidad.
La ecología espacial
El concepto de ecología espacial va en un sentido contrario a lo estipulado durante años de centrarnos en la conservación de grandes hábitats evitando la presencia de los seres humanos. La ecología espacial demuestra el valor que los hábitats de menor tamaño tienen en sí mismos y como ejemplos extrapolables a otras escalas de territorio mayores. La importancia de conectar los hábitats fragmentados, e incluso la posibilidad de preservar la biodiversidad en el entorno urbano.
Es fundamental en la ecología comprender cómo puede afectar el espacio físico a la dinámica de los ecosistemas y a la vida de sus organismos. «Los espacios y su gestión influyen por ejemplo en las migraciones, en la capacidad de adaptación de las especies o en el impacto de la huella humana en el ecosistema», explica Pedro Jordano, profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana y secretario del jurado.
Simon Levin marcó un hito al presentar su visión de la ecología espacial en su artículo The Problem of Pattern and Scale in Ecology, publicado en 1992, que hoy sigue siendo uno de los más citados de la ciencia ecológica.
«Hasta hace relativamente poco, no existía mucha teoría matemática que incorporara la dimensión del espacio de la interacción entre especies en modelos. Así que empecé a trabajar en esta línea en los años setenta, para construir modelos ecológicos que incorporasen la estructura espacial», ha explicado Levin tras conocer el fallo del jurado.
«Ahora las ciudades están diseñadas para los coches. Tenemos que darle la vuelta a esto y pensar en las ciudades como lugares en los que la biología tiene que funcionar y la biodiversidad tiene que prosperar, para realizar funciones útiles para el control del clima, del agua e incluso para cuidar la salud física y psicológica de las personas» (Steward Pickett)
Por otro lado, Lenore Fahrig, catedrática de Biología de la Universidad de Carleton (Canadá), recurre a las vistas aéreas para explicar el concepto de ecología espacial: «Estudiamos cómo el reparto del territorio, las distintas manchas que ves desde un avión, influye en la vida de los organismos», ha explicado en una entrevista tras conocer el fallo.
Finalmente, Steward Pickett, investigador en el Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas (EEUU), ha desarrollado el campo de la ecología urbana. Su trabajo se ha desarrollado en colaboración estrecha con especialistas en arquitectura, urbanismo, arte, sociología y economía.
«Concibo las ciudades como mosaicos con muchas capas: la capa construida −los edificios, las carreteras, las infraestructuras…−, pero también la capa de las políticas, las normas. Está la capa de las diferencias sociales −de clase, étnicas…−, y la capa verde, la parte ecológica: el reciclaje de nutrientes, la regulación del clima o el flujo de agua. Abordo la planificación urbana integrando todas estas capas», ha afirmado el investigador tras conocer el fallo.
«Ahora las ciudades están diseñadas para los coches. Tenemos que darle la vuelta a esto y pensar en las ciudades como lugares en los que la biología tiene que funcionar y la biodiversidad tiene que prosperar, para realizar funciones útiles para el control del clima, del agua e incluso para cuidar la salud física y psicológica de las personas. Debemos diseñar las ciudades en primer lugar para la convivencia de la naturaleza y las personas, y rebajar la importancia de la dimensión física y la eficiencia del transporte», concluye Pickett.
¿Qué te ha parecido el artículo? La sostenibilidad es un campo que aparece en todo lo que nos rodea. También en el diseño de las ciudades del futuro, o mejor, del presente.
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Tendencias en Responsabilidad Social Corporativa para 2022
El comienzo de cada año es una época perfecta para hablar de cambios. El inicio de las tendencias que marcarán la temporada. En el sector de la Responsabilidad Social Corporativa también se puede hacer un análisis de lo que está por llegar en 2022, un año que sigue marcado por una crisis sanitaria mundial. ¿Cuáles son las tendencias en Responsabilidad Social Corporativa en 2022? Venga, que te contamos todo.
Si el 2021 lo calificamos como el año cero de la reconstrucción sostenible, con un auge importante de lo natural y la búsqueda constante de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el 2022 será el de la transformación definitiva. Un año para acelerar aún más los compromisos empresariales en sostenibilidad y la lucha por llegar a las metas marcadas por los ODS.
La necesidad de apostar por la RSC en el entramado empresarial es vital. Según un informe de la consultora Hays, en 2021 el número de empresas que apostaron por realizar acciones de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) aumentó un 28 por ciento en España.
Además, aportar un componente solidario a las acciones, campañas y eventos que hagamos en nuestro negocio es un requisito casi imprescindible para conectar con los consumidores y nuestros posibles clientes. Tenemos claro que estas iniciativas de RSC son un material potente para hacer relaciones públicas, pero hay que dar un paso más. Los ciudadanos quieren apostar por empresas que están comprometidas con su contexto más allá de ofertar sus servicios o productos.
«Si 2021 ha sido un buen año para la sostenibilidad, en el que se han sentado las bases de la reconstrucción, 2022 es necesariamente el año de la acción para abordar los desafíos que plantea una transformación sostenible y para acelerar y aumentar la ambición en torno a los ODS», explicaba Cristina Sánchez, directora ejecutiva de Pacto Mundial de Naciones Unidas España, en declaraciones recogidas por Europa Press. «Será un año en que tendremos que superarnos, aumentando nuestra eficacia y resolución», continúa Sánchez.
«Las entidades privadas y las administraciones públicas han de asumir un liderazgo real con acciones eficaces que permitan un futuro basado en valores de igualdad, justicia, resiliencia y cuidado del planeta»
A nadie se le escapa que sí, en 2021 las empresas han tenido un papel más relevante en la búsqueda de esos ODS, pero quizá no sea suficiente. Las entidades privadas y las administraciones públicas han de asumir un liderazgo real con acciones eficaces que permitan un futuro basado en valores de igualdad, justicia, resiliencia y cuidado del planeta.
Sí es importante destacar que la regulación de cuestiones claves referentes a la sostenibilidad se ha producido y ha sido aceptada por la comunidad empresarial. Como ejemplos, la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, la Estrategia de Desarrollo Sostenible o los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Como novedad en 2022, se espera que en los reportes empresariales haya novedades en el ámbito de información no financiera. ¿El motivo? Entra en vigor la obligación de reportar este tipo de información para todas las sociedades de más de doscientos cincuenta empleados.
«Siendo España un país de pequeñas y medianas empresas, esto impulsará notablemente el porcentaje de entidades que reportan y abordan la gestión de aspectos claves de la sostenibilidad. Lo que, a su vez, derivará en otro gran desafío: el de la homogeneización de la información que presentan las empresas en la materia», cita Sánchez.
Por otro lado, son precisamente las pymes las que tienen que involucrarse aún más en el desarrollo sostenible. «El Pacto Mundial está compuesto en España por más de un 60 por ciento de este tipo de empresas, pero nuestro país es un país de pymes, y sin su capacidad de actuación la transformación no será real. Necesitamos articular recursos para ellas a todos los niveles si queremos verdaderamente cambiar la manera de hacer negocios y producir», concluye Cristina Sánchez.
En materias sociales, 2022 será el año de abordar en las agendas de RSC temáticas como la salud en los grupos de interés –empleados, clientes o proveedores– centrando el foco en la salud mental. Y en materia de impacto social otra temática de interés es la gestión de las brechas de desigualdad, tanto económicas como digitales, educacionales o poblacionales. Finalmente, en materia de gobernanza sostenible el foco estará en la necesidad de aumentar la transparencia, así como la reflexión y avances en la unificación de los informes.
¿Qué te ha parecido el artículo? Tenemos claro que en 2022 debemos abordar los desafíos que plantea una transformación sostenible y ser más ambiciosos en materia de ODS.
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Los ODS y las fundaciones, una unión con muchas posibilidades
Si lees de forma asidua nuestro blog, sabrás al dedillo lo que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ¿verdad? Bueno, lo cierto es que si no eres asiduo también debes saberlo. ¿Por qué? Porque son un pilar básico de la sociedad actual y futura. Nacieron en 2015 y tienen el fin de mejorar la vida de todos los que habitamos este planeta. También se habla mucho de la RSC y el papel que tienen las empresas en los ODS, pero ¿qué hay de las fundaciones? Vamos a dedicarle este artículo a estas y a su relación con los ODS.
Es habitual centrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en temas como la sostenibilidad, el cambio climático, la huella de carbono y asuntos relacionados con el medioambiente. Y está bien, pero los ODS son mucho más que eso. En total son diecisiete los objetivos con sus correspondientes metas. ¿Qué papel juegan las fundaciones en los ODS?
La respuesta es bastante fácil. Las fundaciones –hay más de nueve mil doscientas activas en España– prácticamente tratan temáticas relacionadas con cada uno de los ODS. Hacemos un repaso rápido por los objetivos. Estos abarcan el fin de la pobreza, el hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria, innovación e infraestructuras, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsables, acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistemas terrestres, paz, justicia e instituciones sólidas y alianzas para lograr los objetivos.
La Asociación Española de Fundaciones (AEF) se compromete con los ODS identificando, mostrando y defendiendo los objetivos y metas sobre los que ya trabajan las fundaciones españolas, además de la actividad directa de formación, sensibilización, generación y difusión de conocimiento.
«Las fundaciones –hay más de nueve mil doscientas activas en España– prácticamente tratan temáticas relacionadas con cada uno de los ODS»
La AEF hace una contribución relevante para mejorar el entorno institucional. Como organización paraguas, contribuye a la creación de una infraestructura o ecosistema que facilite las interacciones y los flujos de conocimiento entre los actores del sector fundador y los del resto de sectores, públicos y privados. Genera confianza y estabilidad, promueve la cooperación y facilita la creación de puentes entre actores de diferentes sectores. Así se explica en su web oficial.
Hablar de fundaciones es hablar de filantropía. Un término que hace referencia al amor hacia el género humano. Como no puede ser de otra forma, las fundaciones son un vehículo excepcional para el ejercicio de la filantropía al canalizar recursos –de donantes, públicos o privados, particulares o empresas– hacia fines de interés general.
Un ejemplo claro es que más de ciento treinta fundaciones ya se han sumado al Pacto por el clima de las fundaciones españolas, una iniciativa de la Asociación Española de Fundaciones (AEF) y de la Fundación Daniel y Nina Carasso. El objetivo principal es incentivar al sector filantrópico de España a dar un paso decisivo de colaboración en la acción climática.
El pacto, estructurado en siete pilares, es el documento base para impulsar un movimiento de acción y concienciación para que las fundaciones españolas activen y promuevan una lucha activa para enfrentar la crisis climática y las desigualdades que genera.
Las fundaciones en España en cifras
Es importante destacar que las fundaciones son una parte importante de la economía española. Emplean a doscientos sesenta y siete mil trabajadores y constituyen el 0,8 por ciento del PIB. Tienen un gasto de ocho mil quinientos millones de euros en fines de interés general y atienden a 43,7 millones de beneficiarios.
En definitiva, las fundaciones son una extensa red solidaria con la estructura necesaria para lograr que los ODS sean una realidad visible. Hablamos de mejorar la situación de las personas más vulnerables, alcanzar la integración plena de personas con discapacidad, así como mejorar el acceso a la salud, a la investigación, a la cultura y a la educación de todo tipo de colectivos.
¿Qué te ha parecido el artículo? Los ODS siguen siendo desconocidos para muchos, pero aplicarlos es muy sencillo. ¿Te apuntas a ello?
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Formación en ODS por el Pacto Mundial de Naciones Unidas España
Son muchas las ocasiones en las que desde AYMA hemos hecho referencia a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los conocidos como ODS, que pertenecen a la Agenda 2030, aprobada el 25 de septiembre de 2015. Más de un lustro después, los ODS siguen dando que hablar y se han convertido en una materia indispensable para la RSC de las empresas.
El Pacto Mundial de Naciones Unidas España es el encargado de gestionar la Agenda 2030 en nuestro país. Una agenda que ya conocen el ochenta y un por ciento de las empresas españolas, según una encuesta realizada por la propia organización. «Sin embargo, la ambición de los desafíos que nos marca el desarrollo sostenible requiere la involucración de todos los actores, sin excepciones, lo que implica que hay que alcanzar al diecinueve por ciento restante», explican desde Pacto Mundial de Naciones Unidas España.
«Nuestro objetivo es provocar un cambio sistémico de la economía, de forma que contemos con un sector empresarial más sostenible, resiliente y comprometido con las personas y el planeta. Para ello es imprescindible que la Agenda 2030 y sus 17 ODS sean conocidos, y sobre todo integrados, por la totalidad de las empresas. Nuestra responsabilidad es ayudarlas a hacerlo y por ello hemos lanzado este curso en abierto, con el que esperamos que más empresas decidan emprender su camino hacia la sostenibilidad empresarial», cita Cristina Sánchez, directora ejecutiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas España.
«Nuestro objetivo es provocar un cambio sistémico de la economía, de forma que contemos con un sector empresarial más sostenible, resiliente y comprometido con las personas y el planeta. Es imprescindible que la Agenda 2030 y sus 17 ODS sean conocidos e integrados por la totalidad de las empresas»
Para esto se ha pensado en una iniciativa muy interesante: contribuir a la difusión del este marco de Naciones Unidas a través de una formación en abierto sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una formación estructurada en tres módulos. En el primero se hace una breve introducción a los ODS, en el segundo se habla del papel de las empresas en estos Objetivos y en el tercero de las oportunidades de negocio ligadas a la Agenda 2030.
La formación está especialmente recomendada para responsables de RSE/sostenibilidad y de otras áreas con incidencia en la integración de la Agenda 2030 de las empresas, pero puede ser consultada por cualquier persona que desee introducirse en la sostenibilidad empresarial.
Módulos formación ODS
El primero de ellos incluye entre sus contenidos una introducción a la Agenda 2030 y sus diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible, un análisis sobre el papel de los actores implicados y un conjunto de recursos y acciones para contribuir a su logro tanto desde la empresa como a nivel personal, destacando en este último caso una recopilación de ciento setenta acciones diarias para contribuir a los ODS.
En el segundo se ahonda en el papel de las empresas dentro de la Agenda 2030. En él se analiza el nivel de contribución de las empresas españolas a la misma, así como el papel del Pacto Mundial de Naciones Unidas como guía de las empresas en su transformación hacia modelos más sostenibles. Todo ello complementado nuevamente con recursos y herramientas para facilitar el trabajo de las empresas en este ámbito.
Finalmente, el tercer módulo aborda las oportunidades de negocio ligadas a los ODS, un argumento a favor de la inversión empresarial en el desarrollo sostenible. En estas oportunidades, además de las económicas, también incluye la posibilidad de posicionarse como una empresa líder en sostenibilidad, para lo que la iniciativa de Naciones Unidas ofrece seis claves.
Curso de formación en ODS. Accede en estos enlaces:
Módulo 1: «Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible»
Módulo 2: «Los ODS y el sector empresarial»
Módulo 3: «Oportunidades de negocio ligadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible»
¿Qué te ha parecido el artículo? La formación siempre es importante, pero si está ligada a los ODS, más aún.
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Apostar por la sostenibilidad: éxito asegurado
En Ayma tenemos una cosa clara: apostar por la sostenibilidad y las energías renovables es un éxito asegurado para una buena estrategia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Somos consultoría, pero también formamos parte de la iniciativa a nivel mundial más importante para la sostenibilidad empresarial: la agenda 2030.
Contar con una sólida estrategia de RSC es sumamente importante y diríamos que imprescindible para triunfar. Puede ayudarnos en la retención del talento o en la generación de empleo, pero también en momentos tan complicados como el que estamos pasando con una crisis sanitaria mundial debido a la Covid-19.
Son muchas las ocasiones en las que podemos leer o escuchar acerca de la Responsabilidad Social Corporativa. Un concepto relativamente nuevo, pero que ha cobrado mucha importancia ante el auge de la sostenibilidad ambiental, el empleo eficiente de los recursos naturales y el desarrollo sostenible.
Como mero recordatorio, digamos que la RSC es la forma en la que todas las empresas dirigen sus procesos y relaciones con los stakeholders –clientes, empleados, proveedores, accionistas…– siguiendo unos criterios tanto éticos como sostenibles. Hay que dar un pasito más y no quedarnos con adaptar los procesos empresariales y relaciones a la legislación vigente, debemos hablar de la RSC como un valor que las organizaciones adquieren como propio.
Un valor íntimamente ligado a aspectos económicos, sociales y ambientales. Por poner algunos ejemplos, abarca desde la protección de la salud y el bienestar de los trabajadores hasta el respeto por el medioambiente o la lucha contra el fraude y la corrupción.
Además, la RSC consiste en un conjunto acciones de cumplimiento obligatorio, pero cuya importancia radica en ir más allá del cumplimiento de las normas impuestas por la legislación e implantar acciones voluntarias que puedan cambiar la sociedad y el planeta.
Hablamos mucho de Responsabilidad Social Corporativa, pero ¿qué pasa con la sostenibilidad? Casi podríamos tratarlos como conceptos sinónimos. La reforma del Código de Buen Gobierno de Sociedades Cotizadas de la CNMV ocurrida a finales de junio de 2020 abandona el término RSC para sustituirlo directamente por el de sostenibilidad. Para la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la RSC ha dejado de ser una figura relevante, dando mayor importancia a la expresión sostenibilidad. Con esto no queremos decir que haya desaparecido el concepto de Responsabilidad social Corporativa, más bien se ha transformado.
«No lo dudes y di sí al cambio. Busquemos un mundo mejor y más sostenible. Ganará tu empresa, ganará el planeta»
Beneficios de apostar por la sostenibilidad en tu empresa
- Captación de clientes. Apostar por la sostenibilidad propicia generar un aspecto muy positivo. Cada vez son más los consumidores que tienen en cuenta esto como criterio selectivo a la hora de decidir a quién comprar.
- Mejora imagen corporativa. Las acciones de RSC conllevan una mejor reputación. Esto hace que en general se puedan tener mejores relaciones con otras empresas e incluso internacionalizar tu marca en países donde la cultura de la RSC está fuertemente instaurada.
- Reducción de costes. No olvidemos que ser sostenibles implica también la reducción de costes en algunos procesos. Por ejemplo en la producción de energía. Apostar por el autoconsumo voltaico no solo contribuye a la protección del medioambiente, también reduce tus costes energéticos.
La apuesta por las energías renovables en tu estrategia de RSC
El acceso a las energías renovables cada vez es más asequible y muchas empresas se están sumando a la apuesta por estas energías. Además, estamos ante uno de los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU con el objetivo de cumplir con la denominada Agenda 2030.
El de la energía renovable es un campo por desarrollar, porque se está estudiando y evoluciona por días. Hoy por hoy, la energía solar es la más popular en el entramado empresarial. Pero no es la única, ¿qué sabes de la geotermia? Porque puede ser la energía del futuro. Además, si te interesa el tema de las energías renovables puedes echar un vistazo a este artículo de nuestro blog, en el que te contamos todo lo que necesitas saber.
¿Qué te ha parecido el artículo? No lo dudes y di sí al cambio. Busquemos un mundo mejor y más sostenible. Ganará tu empresa, ganará el planeta.
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→ En AYMA seguiremos apostando por el Pacto Mundial y sumaremos esfuerzos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Puedes descargar aquí nuestro informe de progreso para más información.
Reactores de sales fundidas y torio: la respuesta a la energía nuclear
La energía nuclear siempre está en el punto de mira de un debate que surge ante la necesidad de perfilar unas necesidades energéticas que satisfagan la demanda minimizando las emisiones de gases de efecto invernadero. Son varias las naciones como España o Alemania que han programado el apagón de las centrales nucleares. Sin embargo, son otras tantas las que consideran este tipo de energía como una pieza en su sistema energético. Hablamos de países como China, Estados Unidos, Francia o India. ¿Cómo evoluciona la energía nuclear? En este artículo hablamos sobre los reactores de sales fundidas y torio.
Hay que tener presente que las energías renovables son, sin lugar a dudas, el principal desafío al que se enfrenta el mundo. Los países que han optado por apagar las centrales nucleares quieren resolver sus problemas recurriendo a las renovables, pero otras naciones como Estados Unidos y China –primera y tercera nación con más reactores nucleares del planeta– defienden un modelo con las renovables como protagonistas, pero respaldadas por la nuclear.
China apuesta fuerte por la energía nuclear y es más que posible que dentro de no demasiados años sea potencia mundial en el sector. Pero el gigante asiático no solo se limita al desarrollo de centrales nucleares. Destina muchos recursos económicos, técnicos y científicos al desarrollo de reactores de cuarta generación. Este reactor busca alcanzar la máxima sostenibilidad posible, de manera que el combustible se aproveche al máximo para producir energía, se minimice la cantidad de residuos radiactivos resultantes del proceso y su gestión sea lo más eficiente posible.
La gran potencia asiática está cerca de iniciar las pruebas de un reactor nuclear experimental de sales fundidas, que utilizará como combustible principal el torio, un elemento químico más abundante en la Tierra que el uranio y que permite hacer instalaciones mucho más seguras.
«Los reactores nucleares de sales fundidas son más seguros que los reactores instalados en las centrales nucleares, pues utilizan como refrigerante sales de fluoruro de litio y berilio a muy baja presión, y el combustible permanece disuelto bajo la forma de sal, por lo que es muy improbable que un accidente pudiese desencadenar la fusión del núcleo del reactor»
«Lo que lo hace atractivo es que hay entre tres y cuatro veces más torio que uranio en la Tierra. Esto no significa que el uranio se nos vaya a acabar ya. Según NEA, que es la Agencia para la Energía Nuclear de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), tenemos reservas al precio actual y sosteniendo el consumo actual para ciento treinta y cinco años. Es posible que tengamos más reservas a precios más altos, y también que se descubran nuevas reservas en otros lugares, por lo que durante las próximas décadas no se nos va a acabar el uranio», explica Alfredo García –@OperadorNuclear en Twitter– en un artículo publicado por Xataka.
«El torio es tan fácil de extraer como el uranio, pero tiene el inconveniente de que no es directamente fisible. Es necesario introducirlo en un reactor que fabrique uranio a partir de torio, y lo que produce no es uranio-235, sino uranio-233, pero lo importante es que es fisible. Una vez que se ha producido este uranio se puede introducir en un reactor convencional como los que tenemos en España, que no podría funcionar con torio, pero sí con un derivado de ese elemento. India está trabajando mucho con este recurso porque está construyendo nuevas centrales nucleares, y, además, tiene unas reservas enormes de torio. China también tiene unos depósitos de torio importantes», sostiene Alfredo.
TMSR-LF1 es el nombre técnico que recibe el reactor nuclear experimental de sales fundidas que está muy próximo a funcionar y se encuentra en el complejo industrial Minqin de la provincia de Gansu, al norte de China. Tiene una potencia de dos megavatios térmicos (MWt), y, aunque no será el primer reactor nuclear de cuarta generación en actividad, y tampoco el primero que utilizará torio como combustible, sí será el primero de sales fundidas que empleará este elemento químico.
Según los expertos, los reactores nucleares de sales fundidas son más seguros que los reactores instalados en las centrales nucleares que se encuentran actualmente en operación. ¿Cuál es el motivo? Una de las razones es que utilizan como refrigerante sales de fluoruro de litio y berilio a muy baja presión, y el combustible permanece disuelto bajo la forma de sal, por lo que es muy improbable que un accidente pudiese desencadenar la fusión del núcleo del reactor. La otra es una razón arquitectónica, pudiendo instalarse bajo tierra e incrementando su seguridad.
Por otro lado, permiten recargar el combustible estando en funcionamiento. Además, no necesitan agua para mantener el núcleo refrigerado, lo que posibilita que sean instalados en regiones en las que el agua escasea, o en zonas en las que no hay un río y tampoco están próximas al mar.
¿Tienen más ventajas? Sin duda. Generan residuos radiactivos con un periodo de semidesintegración mucho más corto que el de los residuos de los reacotres que emplean uranio. Esto facilita la gestión. Además, los reactores de sales fundidas usan menos combustible, ya que la eficiencia del torio es mucho más elevada que la del uranio.
Cabe recordar que no hay ningún reactor de este tipo aún puesto en marcha, por lo que aún se debe demostrar de forma práctica lo que sugiere la teoría. Si realmente funciona como se espera, la energía nuclear puede vivir una segunda juventud y ser más segura, eficiente y respetuosa con el medioambiente.
¿Qué te ha parecido el artículo? La energía nuclear sigue dando que hablar y evoluciona hacia un camino más seguro, sostenible y eficiente.
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España en los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Son muchas las ocasiones en las que hemos hablado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Incluso compartimos en el blog nuestro Informe de Progreso 2020 en el que se hacía especial hincapié en estos objetivos. En Pacto Mundial se ha publicado el Informe sobre Desarrollo Sostenible 2021, elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible. Este ha situado a España en el puesto número veinte de ciento sesenta y cinco países. ¿Cuál es el balance?
El último informe fue elaborado en 2018. Desde entonces, España ha subido varios puestos hasta situarse en el vigésimo, superando a otras naciones europeas como Portugal, Italia, Grecia, Malta o Hungría, pero detrás de Francia, Croacia o Reino Unido, en una clasificación liderada por Finlandia, Suecia y Dinamarca.
Este Informe sobre Desarrollo Sostenible 2021 elabora esta clasificación denominada Índice ODS, en la que se muestran los avances realizados por todos los países hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Haciendo un resumen breve podemos destacar a nivel global los siguientes puntos:
- La pandemia ha hecho que por primera vez desde que se lanzase la Agenda 2030 se paralicen los avances en los ODS.
- Los países en desarrollo necesitan mayores facilidades fiscales para llevar a cabo acciones de recuperación.
- La pandemia refuerza la Agenda 2030 como guía de consenso internacional para una recuperación inclusiva y sostenible global, que implica mantener y reforzar los compromisos con los ODS para acelerar las transformaciones necesarias.
- La llamada ‘Década de Acción’ –periodo de diez años para llegar al plazo de consecución de los ODS– requiere de un sistema multilateral fuerte, por lo que se deben afrontar los efectos negativos (spillovers) internacionales, como las cadenas de suministro insostenibles o las emisiones de gases derivados de las importaciones.
«En el ranking europeo de desarrollo sostenible, España supera a naciones como Portugal, Italia, Grecia, Malta o Hungría, pero está detrás de Francia, Croacia o Reino Unido. La clasificación está liderada por Finlandia, Suecia y Dinamarca»
Y España, ¿en qué punto se encuentra? En esta clasificación que hemos citado anteriormente los mejores resultados corresponden al ODS 1 –pobreza cero–, al ODS 3 –salud y bienestar–, al ODS 4 –educación de calidad– y al ODS 7 –energía asequible y no contaminante–. Hay otros ODS como la prevalencia de la obesidad, los desajustes en la alimentación y las emisiones de dióxido de carbono que siguen muy presentes. No obstante, el número de indicadores en estado crítico se reduce de forma considerable de siete en 2019 a tres en 2021.
El informe también hace referencia a analizar tendencias. ¿Vamos por buen camino? Digamos que tenemos resultados mixtos. El desarrollo es positivo en los ODS 1 y ODS 5 –Igualdad de género–, que se encaminan a su consecución. La parte menos positiva es que España duplica los ODS en los que se estanca. Esto afecta principalmente a la reducción de las desigualdades (ODS 10) y a la vida submarina (ODS 14). Finalmente, en el ODS 15 –Ecosistemas terrestres– se ha sufrido la mayor regresión
En relación con 2020, los cambios de este informe muestran pequeños matices y ligeras mejoras. Eso sí, desde 2017 los avances y mejoras eran muy destacables y ahora quedan condicionados a la salida y recuperación del país tras la crisis sanitaria global que vivimos.
Además, el informe incluye un análisis de los esfuerzos gubernamentales en relación con la aplicación de los ODS. El caso español muestra el fuerte compromiso gubernamental con la Agenda 2030, habiéndose sometido dos veces –en 2018 y 2021– a los exámenes de Naciones Unidas y habiendo establecido estructuras específicas y estrategias para incorporar de manera transversal esta temática en las actividades públicas.
Las empresas españolas en los ODS
InfoJobs ha ofrecido también datos de un informe sobre la implementación de los los ODS en las empresas de España. Los resultados no son muy positivos, ya que se aprecia un problema muy grave en torno al conocimiento que estas compañías tienen de estos famosos objetivos.
Hasta el treinta y seis por ciento de las empresas en España afirma no estar familiarizada con los ODS, y un treinta y cinco por ciento señala haber oído hablar de estos, pero no tener un conocimiento profundo de lo que implican. De hecho, solo un trece por ciento de las compañías afirma estar al día con los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible diseñados por la ONU. Finalmente, un dieciséis por ciento dice haberse informado sobre ellos en algún momento o haber recibido información en profundidad.
«Los resultados obtenidos a través de este informe urgen a poner en marcha nuevas vías para hacer llegar a las empresas la importancia de la adopción de los ODS como una parte trascendental de su negocio», explica Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs.
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La importancia de la RSC en la búsqueda de empleo
Cuando te tienes que poner a buscar empleo, ¿qué sueles tener en cuenta? Imaginamos que miras que sea un puesto que te gusta, el horario y la conciliación familiar o incluso el sueldo. ¿Te has preguntado alguna vez por la RSC para fijarte en una empresa a la que pedir empleo? Si la respuesta es sí, te decimos que es lo más habitual. Así lo afirma la Guía HAYS 2021.
Según la citada publicación, el veintisiete por ciento de los jóvenes afirma que siempre –sí, sí, has leído bien, siempre– tienen en cuenta las políticas de RSC de las empresas cuando se ponen a buscar empleo. El cuarenta y dos por ciento asegura que tiene en cuenta estos aspectos algunas veces. El veintidós por ciento dice que rara vez y solo el diez por ciento restante no lo valora nunca.
Está claro que las nuevas generaciones se encuentran bastante involucradas con las causas sociales y medioambientales, de ahí que exijan a las empresas en las que trabajan que se alineen con estos valores. Dicho de otro modo, las políticas de Responsabilidad Social Corporativa funcionan como un elemento de atracción y retención del talento joven. El mismo estudio refleja que el ochenta y un por ciento de los empresarios españoles cree que las políticas de RSC son un factor importante para atraer talento, y un treinta por ciento de estos cree que son imprescindibles.
«Las políticas de Responsabilidad Social Corporativa funcionan como un elemento de atracción y retención del talento joven»
Los trabajadores más jóvenes fueron preguntados por cinco aspectos que considerasen importantes a la hora de elegir una empresa para solicitar un empleo. De estos, tres pertenecían a la disciplina de la RSC. En concreto, la reputación de la empresa es el aspecto que más tienen en cuenta con un cincuenta y dos por ciento de las respuestas, seguido de la cultura de la empresa (cuarenta y un por ciento) y los valores de esta (treinta y cinco por ciento).
«Luego empiezan a preocupar otras cosas como el reconocimiento, el ambiente y la autoestima. Aquí es donde se encuentra la RSC, que es un aspecto complementario que cada vez va a más, también debido a que las nuevas generaciones son más susceptibles a las cuestiones sociales», ha explicado el director de People & Culture en HAYS España, Fernando Calvo, en declaraciones recogidas por EuropaPress.
¿Puede ser la política de RSC de una empresa la causa por la que dejar un empleo? Sin duda, sí. Así lo afirma la publicación de HAYS, que indica que de estas generaciones jóvenes, el veinte por ciento ha dejado su puesto de trabajo en el último año sin tener otras opciones confirmadas. ¿Sus causas? El treinta y dos por ciento alude a malas condiciones laborales, el veintisiete por ciento al mal ambiente laboral y el veinticinco por ciento al descontento con la filosofía empresarial.
Es interesante destacar que la relación entre los valores de las empresas y las de los propios jóvenes está por encima de otros factores como la insatisfacción salarial (veintitrés por ciento) o no tener posibilidad de crecimiento ni desarrollo (veintiún por ciento). «Todo ello tiene que ver con el salario emocional, que es tan importante como el salario físico», ha apuntado Calvo.
El estudio también revela que el cincuenta y cinco por ciento de los trabajadores jóvenes están orgullosos de trabajar en su empresa, siendo el enfoque socialmente responsable de la compañía el quinto motivo por el que se sienten contentos de trabajar en ella.
Por último, el veintidós por ciento de los que han participado en el estudio no se sienten orgullosos, aludiendo a la falta de enfoque socialmente responsable de las empresas como el quinto motivo de esta sensación, con un diecisiete por ciento de las respuestas.
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La importancia del agua en la RSC
Ya te hemos hablado en este blog de nuestro Informe del Progreso 2020, donde entre otras cosas hacemos especial hincapié en renovar nuestra apuesta por el Pacto Mundial y alineamos nuestra gestión corporativa con los ODS. Entre esos objetivos está el cuidado del medioambiente y un recurso tan básico y necesario como el agua.
El agua toma cada vez más relevancia en las estrategias de crecimiento empresarial sostenible. Cabe recodar que la responsabilidad social empresarial (RSE) define y propone cómo llevar de forma ética la obtención de sus beneficios financieros facilitando y produciendo bienes y servicios. Hablamos de sus materias primas y la energía necesaria para poder extraer los recursos.
Por otro lado, las empresas son fundamentales para que los ODS se cumplan en 2030. ¿Sabías que para cubrir los diecisiete ODS en 2030 el sector público y el privado deben invertir en todo el mundo entre 1,7 y 3,4 billones de euros? Son datos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Una enorme inversión, que genera también cuantiosos beneficios, como la creación de más de trescientos ochenta millones de puestos de trabajo en todo el planeta.
¿Cómo se logra esto? Con un tejido empresarial que apueste por la sostenibilidad. ¿Podemos ser más sostenibles? La respuesta es clara: sí. Si bien la reducción de gases de efecto invernadero siempre ha estado en primer lugar para mitigar el cambio climático junto a la conocida como huella de carbono, en las últimas décadas la huella hídrica ha ido ganando terreno.
«¿Qué sectores se han adaptado mejor a estos cambios? Sin lugar a dudas, el sector turístico ha liderado la concienciación sobre la sostenibilidad y la economía verde»
Con huella hídrica nos referimos al cálculo de toda el agua utilizada en la cadena de suministro de un producto o servicio. No solo el agua que puede incorporarse a determinados productos o servicios; también la que se ha contaminado, la devuelta a otra cuenca o al mar e incluso la evaporada en todos los procesos.
Por eso el agua es cada vez más importante en la RSC. La empresas se han concienciado de la inclusión de la huella hídrica en sus estrategias empresariales. Y es que es importante evaluar la huella hídrica de las empresas para poder desarrollar una eficiente estrategia de agua. Para que nos hagamos una idea, el tratamiento de todas las aguas residuales es un objetivo casi imposible de alcanzar. Actualmente solo se tratan el veinte por ciento de estas.
¿Qué sectores se han adaptado mejor a estos cambios? Sin lugar a dudas, el sector turístico ha liderado la concienciación sobre la sostenibilidad y la economía verde. Así se destaca en este reportaje de We are water Foundation. El sector de la construcción también se ha implicado en lograr edificios de descarga cero de agua y autónomos energéticamente.
Uno de los ejemplos más interesantes en la inclusión de la gestión del agua dentro de la cultura de la sostenibilidad lo tenemos en la iniciativa Hagamos un trato (Let’s Make a Deal), impulsada por la Fundación We are Water, que fue asumida de forma pionera en 2018 por Diamond Resorts.
Son experiencias e iniciativas que nos hacen ver que con una buena estrategia de huella hídrica no solo ahorramos agua, también logramos mejorar la eficiencia, detectar puntos críticos de estrés hídrico o contaminación, y, en consecuencia, fomentar el liderazgo y el valor de la marca entre sus clientes, proveedores y colaboradores. Es decir, lograr beneficios tanto financieros como medioambientales.
¿Qué te ha parecido el artículo? El agua es importante para todos y para todo. Debe ser vital en tu estrategia de RSC. Si necesitas asesoramiento puedes contactar con AYMA Mining. ¡Estamos para ayudarte!
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En AYMA seguiremos apostando por el Pacto Mundial y sumaremos esfuerzos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Puedes descargar aquí nuestro informe de progreso para más información.
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La neutralidad de carbono, ¿una utopía?
El planeta no para de pedir ayuda a gritos. Lo hace con llamadas como el cambio climático, por ejemplo. Una forma de pedir socorro a los seres humanos. Y es que si no hacemos algo, el mundo tal y como lo conocemos dejará de existir y morirá asfixiado. Son muchas las empresas que hablan de ser neutras en carbono en su afán por ayudar al medioambiente. Sin embargo, ¿tenemos claro qué significa esto? Te contamos todo lo que necesitas saber sobre la neutralidad de carbono. No dejes de leer.
Empecemos por lo básico, definir el concepto. Según el Parlamento Europeo, se consigue ser neutro en emisiones de gases de efecto invernadero cuando se emite a la atmósfera la misma cantidad de gases de efecto invernadero que se retira por distintas vías. Es sencillo entonces precisar que la neutralidad se alcanza cuando el resultado de restar a las emisiones brutas producidas las emisiones absorbidas o compensadas es cero.
Cuantas menos emisiones tenga un país, una empresa o un sector, y más reduzca esas emisiones, más cerca está de alcanzar el objetivo. Fácil, ¿Verdad? Este equilibrio se puede alcanzar a través de diferentes vías. Sin embargo, la más apropiada es no emitir más dióxido de carbono del que pueden absorber de forma natural los bosques y plantas del planeta. Estos funcionan como sumideros de carbono gracias al proceso de fotosíntesis. Es decir, asimilan el dióxido de carbono presente en la atmósfera para transformarlo en oxígeno.
¿Qué pasa si no somos capaces de llegar a esa neutralidad? Veamos. El dióxido de carbono junto a otros gases de efecto invernadero (GEI) atrapan la radiación solar y recalientan la superficie terrestre. Esto hace que aparezcan los temidos efectos del calentamiento global, que ya se nota, pero pueden notarse aún más en las próximas décadas. Hablamos de subida del nivel del mar, pérdida de biodiversidad, deshielo de glaciares, etcétera. Una catástrofe.
«Tal como recoge el Pacto Verde de la Unión Europea, hoy existen tres grandes vías de acción para alcanzar la huella de carbono cero: reducir las emisiones, compensarlas o secuestrar carbono»
En un mensaje lanzado a finales de 2020, el secretario general de la ONU, António Guterres, fijaba las claves para alcanzar la neutralidad climática. Echemos un vistazo:
- En primer lugar, debemos construir una verdadera coalición mundial en pro de la neutralidad en carbono para 2050. La Unión Europea se ha comprometido a hacerlo, al igual que el Reino Unido, Japón, la República de Corea y más de 110 países. También el gobierno entrante de los Estados Unidos. China se ha comprometido a alcanzar ese objetivo antes de 2060.
- En segundo lugar, debemos alinear las finanzas mundiales con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el plan mundial para un futuro mejor.
- En tercer lugar, debemos lograr un avance decisivo en materia de adaptación y resiliencia para ayudar a quienes ya se enfrentan a los graves efectos del cambio climático. La ayuda que prestamos hoy no es suficiente: la adaptación representa apenas el veinte por ciento de la financiación para el clima. Ello dificulta nuestros esfuerzos para reducir el riesgo de desastres. Tampoco es inteligente: cada dólar invertido en medidas de adaptación podría producir casi cuatro dólares en beneficios. La adaptación y la resiliencia revisten especial urgencia en los pequeños Estados insulares en desarrollo, para los cuales el cambio climático es una amenaza existencial.
¿Actuamos? Tal como recoge el Pacto Verde de la Unión Europea, hoy existen tres grandes vías de acción para alcanzar la huella de carbono cero: reducir las emisiones, compensarlas o secuestrar carbono.
Reducción. Todo lo que no generemos nunca tendrá que ser retirado de la atmósfera ni contribuirá de ninguna manera al cambio climático.
Compensación. Muchas actividades no pueden llevarse a cabo sin combustibles fósiles. En estos casos, se trabaja por hacerlas más eficientes y por compensar lo emitido mediante acciones como reforestar, restaurar tierras degradadas o invertir en energías renovables.
Secuestro. Mediante diferentes tecnologías, es posible capturar el carbono de la atmósfera y almacenarlo en formaciones geológicas, como antiguos depósitos de gas, o en los océanos. Hoy por hoy, son tecnologías costosas y poco utilizadas, aunque según la Agencia Internacional de la Energía, las capacidades de captura de carbono se multiplicarán durante la próxima década.
Finalmente hablamos de dos conceptos que no se suelen escuchar tanto. Por un lado, el carbono positivo, que significa que una determinada actividad libera más carbono a la atmósfera del que elimina o compensa. Por otro, muy interesante, el carbono negativo. Es decir, que una actividad elimina más dióxido de carbono del que emite. Empresas como Microsoft ya han anunciado que serán negativas en carbono en 2030.
¿Qué te ha parecido el artículo? Y tú, ¿qué puedes hacer para ayudar a llegar a la neutralidad en carbono? Cada granito de arena cuenta.
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El hidrógeno como combustible, ¿cuánto sabes?
Vas a la gasolinera y pides que te llenen el depósito de gasolina o gasóleo. ¿Cuántas veces has podido repetir esta operación? Quizá no te quede demasiado tiempo leyendo estos nombres, porque las tendencias derivan hacia otro tipo de combustibles sostenibles como la electricidad o el hidrógeno. ¿Sabías que el hidrógeno es una de las principales alternativas verdes a los combustibles fósiles? Te contamos todo lo que necesitas saber sobre este elemento.
«Está naciendo un nuevo sistema energético que tiene el potencial de remodelar radicalmente la civilización. El hidrógeno es el elemento más básico y ubicuo del universo. Es el material de las estrellas y de nuestro Sol, y cuando se aproveche adecuadamente será el combustible eterno». Son palabras del sociólogo estadounidense Jeremy Rifkin en su libro La economía del hidrógeno.
Se escribió hace dos décadas y lo cierto es que por el momento no se ha hecho realidad. No obstante, Europa quiere soñar con ese combustible infinito, que no produzca emisiones y cuyo residuo sea solo el vapor de agua. ¿Será posible? Puede almacenarse en estado gaseoso o líquido y distribuirse a través de gasoductos, pudiendo ser un sustituto del gas natural, y no emite gases de efecto invernadero en su combustión.
¿Qué es el hidrógeno?
Vayamos por partes. ¿Qué es el hidrógeno? Es uno de los elementos más comunes de la naturaleza y el primero de la tabla periódica. Se puede encontrar en el setenta y cinco por ciento de la materia del universo y normalmente como gas. Es limpio y seguro además de insípido, incoloro e inodoro. Sin embargo, el hidrógeno no es una fuente de energía primaria, como puede ser el petróleo. Este gas debe ser producido para que se convierta en combustible.
Estamos ante un posible aliado de la movilidad sostenible de los coches del planeta, pero también de otro tipo de transportes como los camiones, todo tipo de vehículos de carga, trenes, barcos, etcétera. Además, ¿sabías que es uno de los combustibles principales de los cohetes que lanza la NASA?
También se puede utilizar para producir electricidad. ¿Cómo es posible? Bien, digamos que este compuesto necesita una pila de combustible en la que se junta el propio hidrógeno del depósito con el oxígeno del aire, produciendo agua y electricidad, que puede ser usada en multitud de sectores.
¿Cómo conseguir hidrógeno?
El principal problema de este material es que conseguirlo es francamente complejo. Lo más normal sería separarlo del agua, ya que es una sustancia que está presente de forma masiva en la Tierra, pero para ello se debe someter a un proceso llamado electrólisis. Este consiste en la descomposición de las moléculas de agua para obtener hidrógeno, un proceso costoso para el que se necesita mucha energía eléctrica –que en la mayoría de los casos no procede de fuentes renovables– para alimentar los electrolizadores.
Todo esto ha hecho que tengamos diferentes tipos de hidrógeno en función de su sostenibilidad. Veamos. Tenemos el gris, que es el más utilizado en la actualidad. Se usa en la industria química e incluso en grandes refinerías de petróleo. Es, sin duda, el que menos respeta el medioambiente, porque para su generación requiere de combustibles fósiles.
«El hidrógeno limpio podría cubrir el veinticuatro por ciento de la demanda mundial de energía de aquí a 2050, con unas ventas anuales de seiscientos treinta mil millones euros»
Por otro lado está el hidrógeno azul, también conocido como bajo en carbono. Este también requiere de esos combustibles fósiles, aunque emite menos carbono al ser retirado con un método de captura y almacenamiento. Finalmente está el verde, que se produce al cien por cien a partir de energías renovables, pero es el menos común en el mercado.
Según se explica en un reportaje de El País, el noventa y cinco por ciento de los ciento veinte millones de toneladas de hidrógeno que se producen ahora mismo en el planeta se generan a partir de combustibles fósiles. Este hidrógeno produce entre nueve y once toneladas de dióxido de carbono por cada kilo obtenido –entre setenta y cien millones de toneladas de dióxido de carbono solo en la Unión Europea–. Fundamentalmente se utiliza en el refino de petróleo y en la fabricación de fertilizantes a base de amoniaco.
Sabemos que la Unión Europea quiere ser neutra en emisiones en 2050 y por ello los países miembros han incentivado la producción de hidrógeno azul y verde, sobre todo este último. Se puede comprimir y transportar, además de licuar y almacenar durante semanas o incluso meses.
El problema lo analiza The Economist, que explica que el hidrógeno sigue siendo electricidad y muy cara. El verde se produce a precios que pueden alcanzar los 7,30 euros el kilo y normalmente no bajan de cuatro euros. Es decir, no es competitivo. Tiene lógica, al no ser un combustible primario, ya que se produce a partir de otro elemento, con abrumadoras pérdidas de energía durante el proceso, y su transporte es muy costoso.
El futuro del hidrógeno en Europa
Pongamos algo de luz al tema. La industria ha diseñado a nivel global más de doscientos grandes proyectos, la mayoría en Europa, y todos los gobiernos del mundo han comprometido cincuenta y siete mil millones de euros en fondos públicos para estimular sus industrias en el año de la pandemia.
Las inversiones acumuladas en hidrógeno renovable en Europa podrían alcanzar entre ciento ochenta mil y cuatrocientos setenta mil millones hasta 2050, con un millón de personas empleadas directa o indirectamente en el sector. El hidrógeno limpio podría cubrir el veinticuatro por ciento de la demanda mundial de energía de aquí a 2050, con unas ventas anuales de seiscientos treinta mil millones euros.
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Tipología de reciclaje, todo lo que necesitas saber
En AYMA Mining apostamos por el cumplimiento de los ODS y por la sostenibilidad. Para ello creamos la marca AYMA RSC, Responsable y Sostenible. Para ayudar al medio ambiente es vital llevar a cabo la regla de las tres R. ¿La conoces? Es aquella que nos invita a Reducir, Reutilizar y Reciclar. En este artículo vamos a enfocarnos en la última de ellas. ¿Cuántos tipos de reciclaje conoces? No pierdas detalle, que te lo contamos todo.
La importancia del reciclaje es ampliamente conocida para la conservación de la naturaleza. Gracias a este no solo ahorramos energía; también evitamos que se exploten los recursos naturales, reducimos la contaminación, etcétera. Gracias al procesamiento y la transformación de los desechos que generamos en el día a día podemos obtener nuevas materias primas para ser reutilizadas en los procesos de fabricación.
Una vez vistos los beneficios del reciclaje, vamos a profundizar en su tipología. Empecemos con el listado.
Reciclaje químico
Es un tipo de reciclaje que utiliza técnicas para cambiar la estructura química del material a reciclar. Digamos que el objetivo es descomponer en polímero para obtener monómeros. Disoluciones, hidrólisis e hidrogeneración, entre otras, son las técnicas más empleadas en esta tipología.
Reciclaje mecánico
Aquí se meten técnicas y procesos que incluyen trabajo manual o ayudado por máquinas. Se utiliza mucho en la clasificación de residuos que están mezclados, así como en el reciclaje de plástico.
Reciclaje por residuo
En este tipo se busca una degradación total de la materia orgánica, ya sea en presencia o en ausencia de oxígeno. Se puede emplear con la materia orgánica previamente separada o sin separar, aunque en este último caso se debe complementar con procesos mecánicos.
Reciclaje energético
Se utiliza este tipo de reciclaje en materiales cuyo fin es el aprovechamiento energético y cuyos residuos no pueden ser clasificados y recuperado, por lo que, debido a esta imposibilidad técnica o económica, se aprovechan de este modo. Un ejemplo de estos son la incineración de residuos, pirólisis y gasificación.
Tipos de reciclajes por material
A continuación vamos a analizar los reciclajes según sea el material de residuo. Vamos, que seguimos.
Reciclaje de papel y cartón
Una vez recogido se lleva a una planta en la que se mezclan con agua. Se añaden aditivos que otorgan resistencia y blancura, y se retira la tinta, grapas, etc.
Reciclaje de plástico
El reciclaje de plástico se puede realizar de dos maneras:
- Mecánico: Consiste en recoger el plástico, limpiarlo, molerlo o trocearlo, lavarlo de nuevo y enfardarlo.
- Químico: Consiste en degradar el plástico para conseguir moléculas simples mediante estos métodos:
- Pirólisis: Altas temperaturas en ausencia de oxígeno.
- Hidrogenación: Altas temperaturas en presencia de hidrógeno.
- Gasificación: Convierte el plástico en combustible en presencia de oxígeno o hidrógeno.
- Craqueo: Altas temperaturas y catalizador.
Reciclaje de vidrio
Es importante precisar que el vidrio puede ser siempre reciclado, pues no pierde sus características y propiedades. Al llegar a la fábrica se separa por color, se quita material como etiquetas y tapones y finalmente se tritura y se convierte en polvo. Así se somete a altas temperaturas y se mezcla con arena, hidróxido de sodio y caliza.
Reciclaje de pilas y baterías
Son muy contaminantes y peligrosas, ya que contienen metales pesados. Mediante un proceso mecánico se realiza una trituración refrigerada, a continuación, se lava con agua y pasa por una mesa vibratoria la cual se encarga de separar los metales férreos, no férreos, plástico, papel y polvo de pilas.
Convertido en este polvo sufre un proceso hidrometalúrgico para recuperar los componentes con ayuda de otros reactivos.
Reciclaje de agua
Quizá no lo sabías, pero el agua también se recicla. Todo el agua que pasa por nuestros desagües sufre una serie de tratamientos físico-químicos y biológicos que ayudarán a su limpieza.
Para su reciclaje se retiran los residuos sólidos y se trata con reactivos químicos para eliminar los sólidos que por su pequeño tamaño no han podido ser eliminados anteriormente. El siguiente paso es introducir bacterias que conviertan la materia orgánica disuelta en el agua en flóculos, para ser separados por decantación. Como penúltimo paso se aplica un tratamiento químico para eliminar del agua los restos de fosfatos, virus y gérmenes. Finalmente se desinfecta para prepararla para uso y consumo.
Reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos
La mayoría de estos reciben un tratamiento mecánico en el cual se separan los diferentes materiales para clasificarlos y valorizarlos.
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Chatarra electrónica, un problema de todos
¿Sabrías decirnos cuántos teléfonos móviles has tenido? ¿Y ordenadores? ¿Cámaras de fotos? ¿Lavadoras? ¿Qué has hecho con ellos cuando ya no te han servido? La Organización de Naciones Unidas ha advertido que se generan en la actualidad cincuenta y tres millones de toneladas de residuos electrónicos y que para el año 2050 esta cantidad se puede duplicar, como poco. Es un dato extraído del informe titulado The Global E-Waste Monitor.
No hay dudas. La basura electrónica es un enorme problema medioambiental y no tiene una fácil solución. Día a día aumenta el uso de dispositivos electrónicos. Su reciclaje, lamentablemente, no avanza igual de rápido. La realidad es que son pocos los aparatos que se reparan y vuelven a utilizarse.
«Cuando un dispositivo deja de funcionar, es frecuente que lo primero que hagamos sea dejarlo en un cajón, llevarlo a un punto limpio o, en el peor de los casos, tirarlo a la basura. Pero antes de llegar a estas soluciones tendríamos que confirmar si realmente no podemos prolongar su vida o aprovechar alguna de sus piezas mediante la reparación o el reacondicionamiento», expresa Blanca Marín Zofío, brand manager de Back Market, el primer mercado de aparatos y dispositivos electrónicos renovados, en declaraciones recogidas por Sur.
«España es uno de los países europeos que más fomentan la reutilización de aparatos electrónicos. Nuestro país prioriza el reacondicionamiento frente a los procesos de reciclaje»
Desde esa misma plataforma tienen claro que se podrían reutilizar entre el setenta y el noventa por ciento de los residuos electrónicos que producimos con un tratamiento adecuado. «Los resultados del Global E-waste Monitor sugieren que la humanidad no está implementando suficientemente los ODS», apunta David M. Malone, rector de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y subsecretario general de la ONU.
«Se requieren esfuerzos considerablemente mayores para garantizar una producción, consumo y eliminación global más inteligente y sostenible de equipos eléctricos y electrónicos. El informe contribuye enormemente a la sensación de urgencia para dar la vuelta a este peligroso patrón global», añade.
Tenemos claro que reutilizar es mejor que reciclar. No solo alargamos la vida útil de los productos; también ahorramos en recursos y energía, reduciendo así el volumen de basura electrónica. «Reutilizar un ordenador es hasta veinte veces más eficiente desde el punto de vista energético que reciclarlo», apunta Thibaud Hug de Larauze, CEO y cofundador de Back Market.
«Las cantidades de desechos electrónicos están aumentando tres veces más rápido que la población mundial y un trece por ciento más rápido que el PIB mundial durante los últimos cinco años», denuncia Antonis Mavropoulos, presidente de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), en el informe de la ONU.
Es importante destacar que además son muchos los residuos electrónicos que se recogen para ser reciclados y acaban en vertederos ilegales o son tratados para extraer de forma irregular los materiales valiosos que contienen.
Hablamos también de componentes peligrosos como las baterías de iones de litio, el cadmio, el plomo y el mercurio, los productos químicos ignífugos y el ácido corrosivo que se utilizan en su fabricación. Residuos que son tóxicos y que llegan a vertederos sin ser tratados correctamente.
Cada vez hay más países que no pueden gestionar más montañas de residuos. Como dato curioso, también desechan así metales preciosos, que pueden ser cantidades pequeñas de forma individual, pero acumulados la cosa cambia. Por ejemplo, se calcula que el oro de los residuos electrónicos del mundo equivale al once por ciento de la cantidad total que se extrae de este metal cada año.
Hay algo de luz al final del túnel. Y es que España es uno de los países europeos que más fomentan la reutilización de aparatos electrónicos. La ley actual sobre el tratamiento de estos productos en nuestro país prioriza el reacondicionamiento frente a los procesos de reciclaje.
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